Los bosques se trasladan hacia las cumbres: los árboles suben en altitud como respuesta al cambio climático


Un análisis reciente revela que los árboles están ascendiendo pendientes y montañas enteras en busca de climas más templados, lo que genera nuevas dinámicas ecológicas y retos para la conservación


Redacción Noticias de la Tierra


Ante el aumento de las temperaturas globales, uno de los fenómenos menos visibles pero más importantes es el desplazamiento altitudinal de los ecosistemas forestales. Un artículo publicado por American Association for the Advancement of Science (AAAS) señala que los bosques —y no solo las especies individuales— están migrando hacia cumbres montañosas, en un intento por seguir los climas a los que históricamente estaban adaptados.

¿Por qué suben los árboles?

Los árboles y especies vegetales que componen un bosque están ajustados a condiciones de temperatura, humedad y luz específicas. Al subir la temperatura, esas condiciones cambian; por lo tanto, para mantener su nicho ecológico, muchas especies comienzan a desplazarse hacia altitudes mayores, donde el clima es más fresco y más parecido al que tenían en su latitud o altitud original. En el artículo se destaca que este fenómeno es una de las “señales de alarma” del cambio climático.

Nuevos ecosistemas en formación

Este ascenso altitudinal implica que los bosques van colonizando terrenos más elevados, generando lo que podría denominarse “bosques en movimiento”. Los científicos advierten que esto —aunque parezca lento— puede alterar la dinámica de los ecosistemas: nuevas especies pueden establecerse, mientras que aquellas adaptadas a condiciones más frías pueden quedarse sin espacio disponible en la cumbre. La situación recuerda al fenómeno de la “escalera hacia la extinción”, en la que un hábitat de montaña ya no tiene más altura hacia dónde ascender.

Impactos potenciales en el ciclo del carbono y la biodiversidad

El desplazamiento de los bosques tiene consecuencias más allá del cambio de paisaje. Los bosques altos capturan carbono, regulan el ciclo del agua y protegen los suelos. Si estas comunidades cambian o se mueven, pueden verse afectadas esas funciones ecosistémicas clave. Los autores del estudio señalan que aún no se comprende del todo cómo la migración acelerada de los árboles —y del bosque en su conjunto— impactará en la capacidad de los ecosistemas para almacenar carbono o resistir perturbaciones como sequías e incendios.

Desafíos para la conservación y manejo forestal

El artículo plantea que los modelos tradicionales de conservación, basados en reservar áreas fijas, pueden no ser suficientes en un contexto donde los ecosistemas se están desplazando. Será necesario considerar corredores ecológicos verticales, gestionar la conectividad entre altitudes, y anticipar escenarios donde especies arbóreas tengan que ser asistidas para migrar con seguridad. Además, el ascenso de los bosques pone en tensión las comunidades humanas que dependen de los ecosistemas montañosos para agua, recreación o recursos naturales.

Una visión para las montañas del mundo

Este fenómeno ya se documenta en diversas regiones montañosas del planeta: desde los Andes hasta Himalayas, los árboles se están reposicionando para seguir su “clima adecuado”. El artículo de la AAAS resalta que las montañas actúan como “islas de clima” en las que los árboles pueden moverse verticalmente, pero el espacio es limitado. Esto enfatiza la urgencia de considerar el movimiento de los ecosistemas como una realidad tangible del cambio global y no solo el desplazamiento de una o dos especies.


Referencias
Artículo basado en el artículo publicado por la American Association for the Advancement of Science (AAAS).