El cambio climático, la sobreexplotación agrícola y la deforestación impulsan la pérdida acelerada de suelos productivos, amenazando la seguridad alimentaria global
Redacción Noticias de la Tierra
Un problema silencioso pero devastador
La desertificación es uno de los mayores desafíos ambientales del presente. Según el último informe de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD), más del 40 % de la superficie terrestre mundial está degradada, lo que afecta directamente a la vida de miles de millones de personas.
Este fenómeno, resultado de la sobreexplotación de los suelos, la deforestación y el impacto del cambio climático, reduce drásticamente la capacidad de la tierra para producir alimentos y sostener ecosistemas saludables.
Las causas principales de la degradación de tierras
El proceso de desertificación tiene múltiples detonantes, pero los más relevantes a nivel global son:
- Agricultura intensiva que agota los nutrientes del suelo.
- Deforestación masiva para expandir la frontera agrícola y ganadera.
- Sobrepastoreo que compacta la tierra y limita la regeneración vegetal.
- Cambio climático, con sequías prolongadas y aumento de las temperaturas.
Consecuencias en la seguridad alimentaria y el agua
La pérdida de tierras fértiles compromete la seguridad alimentaria mundial, al reducir el rendimiento de cultivos básicos. Además, afecta la disponibilidad de agua dulce, ya que los suelos degradados retienen menos humedad y aceleran la desertificación en zonas semiáridas.
De continuar la tendencia, organismos internacionales advierten que millones de personas se verán obligadas a migrar en las próximas décadas debido a la falta de recursos naturales.
Soluciones y estrategias de mitigación
La ONU propone un conjunto de acciones para frenar y revertir este fenómeno:
- Promoción de la agroforestería y técnicas agrícolas regenerativas.
- Restauración de paisajes degradados mediante reforestación.
- Incentivos a la agricultura sostenible y reducción del sobrepastoreo.
- Políticas de gestión del agua en zonas áridas.
La desertificación no es un problema exclusivo de regiones desérticas: afecta a países de todos los continentes y requiere de un compromiso global para preservar la fertilidad de la tierra.
Una carrera contra el tiempo
La degradación de los suelos es un proceso progresivo y difícil de revertir. Sin embargo, iniciativas exitosas como la Gran Muralla Verde en África y proyectos de agricultura regenerativa en América Latina muestran que la acción coordinada puede recuperar millones de hectáreas y devolver la productividad a la tierra.
Referencias
- Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD, 2024). Informe global sobre degradación de tierras.
- FAO (2023). Soil degradation and food security.
- Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA, 2024). Desertification and land restoration.
