Los glaciares ofrecen pistas sobre la trayectoria de la contaminación por combustibles fósiles


Los glaciares brindan a los investigadores una oportunidad única para medir los niveles de deposición atmosférica de carbono. A diferencia de otros ecosistemas terrestres, estos ríos de hielo de lento movimiento no cuentan con otras grandes reservas de suelo o vegetación que puedan ocultar la cantidad de carbono que reciben de la atmósfera.


por Rebecca Owen, Eos


En la mayoría de los ecosistemas terrestres , la materia orgánica disuelta proviene de las plantas y el suelo y puede contener tanto carbono orgánico como carbono negro (el hollín negro resultante de los incendios forestales y la quema de combustibles fósiles). En los glaciares, la materia orgánica se deriva principalmente de la producción microbiana in situ y la deposición atmosférica. Ambas pueden contribuir a las redes tróficas aguas abajo y al ciclo biogeoquímico en general.

Comprender cómo los glaciares obtienen su carbono, incluida la cantidad que proviene de la deposición atmosférica, puede ayudar a los científicos a entender cómo la actividad humana afecta el ciclo del carbono de los glaciares y los ecosistemas.

Amy Holt y sus colegas investigaron la materia orgánica disuelta en el agua de deshielo de 10 glaciares en Alaska, Suiza, Kirguistán y Ecuador. Al examinar los isótopos de carbono orgánico disuelto y carbono negro, así como la composición molecular, los investigadores descubrieron que los contaminantes antropogénicos influyeron significativamente en la composición de la materia orgánica disuelta en los glaciares y que esta influencia varió según la región. El estudio se publicó en Global Biogeochemical Cycles .

Los investigadores recolectaron muestras de cada corriente de salida del glaciar y determinaron la edad del carbono orgánico disuelto en ellas. Estas edades proporcionaron una firma isotópica de sus fuentes. Por ejemplo, las muestras más recientes podrían provenir de material de incendios forestales y de la actividad microbiana en la superficie del glaciar, mientras que el material más antiguo probablemente provenga de fuentes de carbono antiguas, concretamente de combustibles fósiles.

Cada región presentó diferentes cantidades de carbono orgánico disuelto relacionado con la contaminación atmosférica antropogénica, que oscilaron entre el 12 % y el 91 %, con una mediana del 50 %. El carbono procedente de combustibles fósiles fue más prevalente en la materia orgánica disuelta del glaciar de Alaska. En Ecuador, se observó una mayor contribución relativa de carbono proveniente de la quema de biomasa, como incendios forestales, y de la actividad microbiana in situ.

La fuente exacta, la edad y la composición del carbono orgánico disuelto y del carbono negro disuelto variaron entre las diferentes efluentes glaciares. Sin embargo, en general, según los investigadores, los combustibles fósiles están afectando el contenido de carbono en los efluentes glaciares a nivel mundial, con implicaciones para los ecosistemas que dependen de ellos.

Más información: Amy D. Holt et al., Deposición generalizada de carbono negro de origen variado exportado desde glaciares, Ciclos biogeoquímicos globales (2025). DOI: 10.1029/2024GB008359