Cuando el calor extremo se vuelve la norma y los acuerdos climáticos parecen insuficientes, surge una idea tan audaz como inquietante: manipular la radiación solar para reducir la temperatura global. La propuesta, conocida como geoingeniería solar, divide a la comunidad científica y reabre viejas preguntas éticas sobre el control del clima.
Redacción Noticias de la Tierra
Un termostato planetario
El principio parece simple: reflejar parte de la luz solar de vuelta al espacio mediante aerosoles estratosféricos, nubes marinas o espejos espaciales. En teoría, eso podría reducir temporalmente el calentamiento. En la práctica, los riesgos son enormes.
El Reino Unido lanzó en 2025 el “Exploring Climate Cooling Programme”, un proyecto de 61 millones de libras destinado a investigar tecnologías de enfriamiento solar bajo control estatal. En paralelo, Estados Unidos y China experimentan con simulaciones atmosféricas que imitan la inyección de partículas de sulfato a 20 km de altura. Los modelos muestran que un enfriamiento global de apenas 0,5 °C podría alterar patrones de lluvia en África y Asia, con consecuencias imprevisibles.
El dilema moral
Los defensores argumentan que la geoingeniería podría servir como “plan B” si el mundo fracasa en reducir emisiones a tiempo. Los detractores temen que sea una coartada tecnológica que desplace los esfuerzos de mitigación y cree una brecha de justicia climática: unos países “enfriando” mientras otros sufren las consecuencias.
Naciones Unidas debate un marco de gobernanza internacional, pero no existe consenso sobre quién tendría autoridad para “regular el sol”.
Ciencia, política y prudencia
El futuro de la geoingeniería solar depende menos de la ciencia que de la ética global. Las simulaciones muestran que sí, podría funcionar… pero también podría desestabilizar sistemas monzónicos o la capa de ozono.
Como advierte un informe del Solar Radiation Modification Governance Initiative (2025): “Controlar el termostato del planeta sin acuerdo global es un riesgo mayor que el calentamiento mismo”.
Por ahora, la mejor tecnología climática sigue siendo la más sencilla: reducir emisiones y proteger ecosistemas que ya equilibran el clima por naturaleza.
Referencias:
- UK Government. Exploring Climate Cooling Programme – Funding Announcement., Londres, 2025.
- Solar Radiation Modification Governance Initiative (SRMGI). Global status report 2025.
- Nature. The risks and governance challenges of solar geoengineering., 2025.
- UNEP. Environmental implications of solar radiation modification., 2024.
- IPCC. Scientific assessment of climate intervention techniques., 2024.
