La desertificación —la degradación de las tierras en regiones áridas, semiáridas y subhúmedas secas— representa una amenaza creciente en todo el mundo. Sin embargo, una estrategia que ha demostrado resultados tangibles es la agroforestería, una práctica regenerativa que combina árboles, cultivos y pastoreo. Este enfoque mejora la salud del suelo, revitaliza ecosistemas y fortalece la resiliencia climática de comunidades rurales.
Redacción Noticias de la Tierra
Una amenaza global con raíces profundas
Miles de millones de hectáreas en todo el planeta están sufriendo un proceso de desertificación que reduce la productividad, aumenta la vulnerabilidad ante el cambio climático y genera desplazamientos poblacionales. Las causas son múltiples: desde prácticas agrícolas no sostenibles hasta sequías recurrentes e incendios forestales.
Agroforestería: restableciendo el equilibrio natural
La agroforestería integra árboles y arbustos en sistemas agrícolas y ganaderos. Gracias a sus múltiples funciones ecológicas—como capturar carbono, retener agua y proteger contra la erosión—dinamiza la recuperación del suelo y su biodiversidad.
Variantes exitosas incluyen:
- Filtros verdes en laderas: árboles que actúan como barrera contra la escorrentía y conservan nutrientes.
- Plantaciones silvopastoriles: árboles dispersos en praderas que brindan sombra, forraje y mejoran la ganancia animal.
- Sistemas alley-cropping: hileras de árboles intercaladas con cultivos herbáceos, útiles para mejorar la fertilidad del suelo y reducir plagas.
Evidencia de éxito y transformación socioambiental
Casos en África Occidental y Asia Central muestran cómo comunidades que adoptaron agroforestería han visto un aumento de cultivo, una menor erosión y una mejor retención de humedad del suelo. Además, los árboles proporcionan productos adicionales como frutos, madera y biomasa, lo que genera ingresos complementarios.
Algunos beneficios destacados:
- Secuestro de carbono, con reducción de emisiones a largo plazo.
- Adaptación al cambio climático, al regular la microclima y conservar humedad.
- Mejora de la biodiversidad, al favorecer insectos polinizadores y aves nativas.
Retos y condiciones para el éxito
Implementar agroforestería requiere planificación, elección de especies locales adaptadas y apoyo institucional. El conocimiento tradicional y capacitación técnica local son esenciales para mantener sistemas sostenibles y rentables en el tiempo.
Fomentar políticas públicas, el acceso a incentivos verdes y la participación comunitaria son piezas clave para extender este modelo regenerativo en territorios vulnerables.
