El efecto ‘sorprendente’ del secado de las cabeceras de ríos sobre la dinámica del nitrógeno


En los tramos superiores de las redes fluviales, las cabeceras se secan durante el verano y vuelven a brotar con la llegada de las lluvias primaverales. Estos arroyos de cabecera no perennes son pequeños individualmente, pero en conjunto constituyen la mayor parte de la longitud de las redes fluviales globales, y su composición química es crucial para las aguas aguas abajo.


por Saima May Sidik, Unión Geofísica Americana


A medida que la Tierra se calienta, los arroyos de cabecera pasan más tiempo secos y menos tiempo fluyendo. En un artículo publicado en la Revista de Investigación Geofísica: Biogeociencias , Zarek y su equipo investigaron cómo el aumento del tiempo seco afecta la dinámica del nitrógeno en los arroyos a lo largo de una cuenca hidrográfica.

Para ello, instalaron 21 sensores a lo largo de una red fluvial en el Bosque Nacional Talladega de Alabama para recopilar información sobre el secado de los arroyos y el contenido de nitrógeno a lo largo de un año. Complementaron estas mediciones frecuentes, tomadas cada 15 minutos, con mediciones manuales realizadas durante seis campañas en siete puntos de la cuenca. Los investigadores esperaban que el aumento del caudal durante la primavera arrastrara nutrientes río abajo y elevara los niveles de nitrógeno en la salida de la red fluvial.

En cambio, observaron lo contrario: cuando los arroyos de cabecera aumentaban el caudal, las concentraciones de nitrógeno en la salida disminuían. Esto podría deberse a que la biota fluvial, como las plantas ribereñas, necesitadas de nutrientes, absorbía más nitrógeno, impidiendo que este fluyera río abajo. La recarga de los acuíferos en primavera , como resultado de la rehumidificación del arroyo, también puede estimular reacciones químicas que eliminan el nitrógeno e impiden su transporte río abajo.

Los investigadores también descubrieron que tanto las concentraciones de nitrógeno en la cuenca como las tasas de extracción de nitrógeno eran más altas durante el período de desecación de los arroyos de cabecera, hallazgos que calificaron de «sorprendentes». Plantean la hipótesis de que las altas concentraciones de nitrógeno podrían deberse a que el bajo caudal crea condiciones ideales para la actividad microbiana que eleva el contenido de nitrógeno del agua. Sugieren que estas mismas condiciones también podrían ser ideales para que otros microbios extraigan nitrógeno.

Los investigadores descubrieron que la posición dentro de la red fluvial no fue un predictor sólido de las concentraciones de nitrógeno. Esta observación sugiere que muchas características de los arroyos influyen en la dinámica del nitrógeno y dan lugar a concentraciones heterogéneas de nitrógeno en todo el sistema. Sus resultados resaltan la necesidad de un monitoreo adicional de los arroyos distribuidos espacialmente, escriben los investigadores.

Más información: Kaci Zarek et al., Investigación de la dinámica espacial y temporal del nitrógeno en un arroyo de cabecera boscoso durante un evento anual de sequía, Journal of Geophysical Research: Biogeosciences (2025). DOI: 10.1029/2024JG008522