El hidrógeno es el elemento más abundante del universo y, al mismo tiempo, uno de los que mayor potencial ofrece para la transición energética. Utilizado como vector energético, puede almacenar, transportar y liberar energía sin emitir gases de efecto invernadero en su uso final. Sin embargo, no todo el hidrógeno es igual: su sostenibilidad depende del método de producción. En este contexto, el hidrógeno verde, generado a partir de energías renovables, se perfila como una de las tecnologías más prometedoras, aunque también enfrenta enormes desafíos.
Redacción Noticias de la Tierra
¿Qué es el hidrógeno verde?
El hidrógeno verde se produce mediante electrólisis del agua, un proceso en el que una corriente eléctrica separa las moléculas de H₂O en hidrógeno y oxígeno. Si la electricidad proviene de fuentes renovables como la solar, la eólica o la hidroeléctrica, el hidrógeno resultante no genera emisiones de CO₂.
Existen otras variantes:
- Hidrógeno gris: producido a partir de gas natural, con altas emisiones de CO₂.
- Hidrógeno azul: similar al gris, pero con captura parcial de carbono.
- Hidrógeno turquesa: obtenido por pirólisis de metano, todavía en desarrollo.
El hidrógeno verde es el único considerado plenamente limpio, aunque representa menos del 1 % de la producción mundial de hidrógeno.
Usos potenciales
El hidrógeno verde no solo puede descarbonizar sectores tradicionales de la energía, sino también industrias difíciles de electrificar:
- Transporte pesado: camiones, trenes y barcos que requieren largas autonomías.
- Industria siderúrgica: permite sustituir el carbón en la reducción del mineral de hierro, clave para producir acero verde.
- Producción de fertilizantes: reemplaza el hidrógeno gris en la síntesis de amoníaco (proceso Haber-Bosch).
- Almacenamiento energético: puede almacenar excedentes de energía renovable, equilibrando la intermitencia de la solar y la eólica.
Ventajas
- Cero emisiones en uso final.
- Alta densidad energética por unidad de masa.
- Versatilidad para sectores industriales y de transporte.
- Potencial de exportación: países con abundancia de renovables (Chile, Marruecos, Australia) pueden convertirse en grandes exportadores.
Desafíos técnicos y económicos
- Costo elevado: actualmente el hidrógeno verde cuesta entre 4 y 6 dólares/kg, frente a los 1,5–2 dólares/kg del hidrógeno gris.
- Infraestructura insuficiente: transporte y almacenamiento requieren materiales especializados, ya que el hidrógeno es altamente volátil y puede fugarse fácilmente.
- Eficiencia energética limitada: producir, comprimir y transportar hidrógeno implica pérdidas que reducen su eficiencia global frente a la electrificación directa.
- Demanda de agua: aunque relativamente baja a escala global, la electrólisis necesita agua pura, lo que plantea retos en regiones áridas.
Perspectivas globales
La Agencia Internacional de Energía (IEA) prevé que el hidrógeno verde podría representar hasta el 10 % del consumo energético mundial en 2050, si se cumplen los objetivos de neutralidad climática. Europa lidera actualmente los proyectos piloto, con más de 40 GW de electrolizadores planificados, mientras que países de Latinoamérica como Chile buscan posicionarse como exportadores mediante plantas en el desierto de Atacama.
¿Solución o complemento?
El hidrógeno verde no es la panacea, pero sí un complemento estratégico para sectores donde la electrificación directa no es viable. Su despliegue masivo dependerá de políticas públicas sólidas, reducción de costos tecnológicos e inversión en infraestructuras.
El futuro energético probablemente será un mosaico de soluciones, donde el hidrógeno verde jugará un papel decisivo en la descarbonización global.
Referencias
- IEA (2021). Global Hydrogen Review.
- Hydrogen Council (2022). Hydrogen Insights.
- Bhandari, R., et al. (2014). Life cycle assessment of hydrogen production methods. International Journal of Hydrogen Energy, 39(17), 7614–7631.
