Océanos en crisis: su papel en el clima y los impactos de la actividad humana


Los océanos cubren más del 70 % de la superficie de la Tierra y constituyen el mayor sistema regulador del clima planetario. Además de albergar una biodiversidad inmensa, funcionan como sumideros de carbono, generadores de oxígeno y proveedores de recursos alimenticios para miles de millones de personas. Sin embargo, enfrentan presiones crecientes derivadas de la actividad humana, lo que compromete su estabilidad y la del planeta en su conjunto.


Redacción Noticias de la Tierra


Los océanos como reguladores del clima

La circulación oceánica global, conocida como cinta transportadora termohalina, distribuye calor y nutrientes a lo largo del planeta. Esta dinámica regula fenómenos climáticos como El Niño y La Niña, que afectan las lluvias, sequías y temperaturas en distintas regiones.

Asimismo, el fitoplancton marino produce cerca del 50 % del oxígeno atmosférico mediante la fotosíntesis, lo que convierte a los océanos en verdaderos “pulmones azules” del planeta. A nivel de mitigación climática, los mares han absorbido aproximadamente un 30 % de las emisiones antropogénicas de dióxido de carbono, reduciendo los impactos inmediatos del calentamiento global.

Principales amenazas a los océanos

El aumento de la presión humana está modificando de manera crítica el equilibrio marino. Entre las amenazas más significativas se encuentran:

  • Cambio climático: el calentamiento global provoca acidificación oceánica, pérdida de corales y alteración de corrientes.
  • Sobrepesca: más del 34 % de las poblaciones de peces están explotadas por encima de su capacidad sostenible, según la FAO.
  • Contaminación plástica: se estima que 8 millones de toneladas de plásticos llegan cada año al mar, afectando desde plancton hasta grandes mamíferos.
  • Derrames de hidrocarburos y contaminantes químicos: alteran ecosistemas costeros y generan toxicidad acumulativa.
  • Destrucción de hábitats marinos: manglares, pastos marinos y arrecifes de coral están desapareciendo a ritmos alarmantes.

Consecuencias para la biodiversidad y la sociedad

Los impactos sobre los océanos repercuten directamente en la seguridad alimentaria y en la economía. Millones de personas dependen de la pesca artesanal como fuente primaria de proteína. A nivel ecológico, la pérdida de biodiversidad marina reduce la resiliencia frente a perturbaciones como tormentas e invasiones biológicas.

En el plano social, fenómenos como la subida del nivel del mar amenazan a comunidades costeras, islas y ciudades portuarias, generando desplazamientos climáticos que podrían intensificarse en las próximas décadas.

Soluciones y perspectivas de conservación

La gestión sostenible de los océanos implica acciones conjuntas a nivel global:

  • Ampliación de áreas marinas protegidas (el objetivo actual es cubrir al menos el 30 % de los océanos para 2030).
  • Reducción del uso de plásticos de un solo uso y mejora de la gestión de residuos.
  • Desarrollo de prácticas de pesca sostenible con certificaciones internacionales.
  • Inversiones en energías renovables marinas, como eólica offshore y mareomotriz, evitando dañar ecosistemas sensibles.
  • Impulso de acuerdos internacionales como el Tratado Global de los Océanos firmado en 2023 bajo la ONU.

Los océanos son mucho más que vastos cuerpos de agua: constituyen el sistema vital que sostiene el clima, la biodiversidad y la economía mundial. Protegerlos no es solo un compromiso ambiental, sino una necesidad urgente para garantizar el futuro de la humanidad.