Finanzas verdes: cómo las cadenas de suministro bajas en carbono transforman los negocios


Un nuevo modelo financiero que impulsa la sostenibilidad empresarial y reduce las emisiones globales

Redacción Noticias de la Tierra


En medio de los desafíos que plantea la crisis climática, las empresas buscan nuevas estrategias para reducir sus emisiones, mejorar la resiliencia de sus cadenas de suministro y acceder a financiamiento sostenible. Un estudio reciente, liderado por el doctor Peter Shi, de la Macquarie Business School en Australia, ofrece una mirada reveladora sobre cómo la financiación de cadenas de suministro bajas en carbono puede convertirse en una herramienta clave para acelerar la transición hacia una economía verde.

Qué significa la financiación de cadenas de suministro bajas en carbono

La idea central de este modelo, conocido como Low-Carbon Supply Chain Finance (LCSCF), consiste en integrar criterios ambientales en los mecanismos tradicionales de financiamiento empresarial. En otras palabras, las empresas no solo son evaluadas por su capacidad de pago o rentabilidad, sino también por su rendimiento climático.

Los bancos y entidades financieras ofrecen condiciones preferenciales —como tasas de interés reducidas o líneas de crédito verdes— a aquellas compañías que demuestran una menor huella de carbono o que colaboran con proveedores comprometidos con la sostenibilidad. Esto incentiva a toda la red productiva a innovar y adoptar tecnologías limpias, creando un efecto dominó positivo en el conjunto de la economía.

Según el estudio, esta estrategia alinea los objetivos ambientales con los intereses financieros, permitiendo que las empresas no solo cumplan con regulaciones y compromisos de descarbonización, sino que también mejoren su rentabilidad a largo plazo.

La economía verde como motor de competitividad

El doctor Shi explica que las cadenas de suministro bajas en carbono no deben verse únicamente como un esfuerzo ambiental, sino como un nuevo paradigma de gestión empresarial. En un contexto global en el que los inversionistas, clientes y gobiernos exigen transparencia climática, adoptar prácticas sostenibles se traduce en una ventaja competitiva directa.

Las empresas que lideran este cambio suelen ser aquellas que incorporan métricas de sostenibilidad en sus decisiones financieras y que usan herramientas de medición del carbono no solo para reportar, sino para mejorar. Esto abarca desde la optimización del transporte y la logística, hasta el uso eficiente de energía y materiales reciclables.

Además, las plataformas digitales que integran datos de emisiones permiten que los bancos y socios financieros evalúen en tiempo real el desempeño ambiental de sus clientes, haciendo más ágiles los procesos de aprobación de créditos verdes y mejorando la trazabilidad del carbono a lo largo de toda la cadena.

La conexión entre finanzas sostenibles y resiliencia empresarial

El estudio también subraya un aspecto crucial: las empresas que adoptan finanzas verdes tienden a ser más resilientes ante crisis globales. En un mundo donde los eventos climáticos extremos, las disrupciones logísticas y los cambios regulatorios son cada vez más frecuentes, las cadenas de suministro que ya han reducido su dependencia de combustibles fósiles están mejor preparadas para mantener la continuidad de sus operaciones.

La resiliencia se convierte así en un indicador tan importante como la eficiencia. Una organización que reduce su huella de carbono no solo contribuye a los objetivos globales de mitigación, sino que minimiza riesgos financieros y operativos, asegurando su estabilidad a futuro.

Cómo puede aplicarse en países en desarrollo

Aunque el modelo de financiación baja en carbono se ha desarrollado principalmente en Asia, su potencial de aplicación en economías emergentes es enorme. En regiones como América Latina o África, donde la dependencia de materias primas y energía intensiva en carbono sigue siendo alta, esta metodología puede estimular la innovación local y atraer inversiones verdes internacionales.

Por ejemplo, una cooperativa agrícola que adopte prácticas de producción sostenible podría acceder a créditos más favorables a través de bancos verdes o fondos climáticos. Del mismo modo, las pequeñas y medianas empresas que reduzcan su huella ambiental podrían mejorar su acceso a capital y ampliar su participación en mercados internacionales que exigen trazabilidad ambiental.

Un paso hacia el futuro financiero del planeta

Los expertos advierten que, si bien la transición hacia una economía baja en carbono requiere inversión inicial, los beneficios son duraderos. Integrar la sostenibilidad en las decisiones financieras es una manera efectiva de acelerar la descarbonización global sin sacrificar crecimiento económico.

El concepto de Low-Carbon Supply Chain Finance representa una oportunidad histórica para alinear los incentivos financieros con la acción climática. Más allá de la retórica, se trata de una herramienta concreta para construir redes comerciales más limpias, justas y rentables.

El doctor Shi concluye que, si el sector financiero global adopta masivamente este enfoque, podría liberar miles de millones de dólares en capital verde y reducir significativamente las emisiones asociadas a las cadenas de suministro, responsables de una gran parte del CO₂ mundial. En definitiva, la sostenibilidad puede y debe ser un buen negocio.

Referencias

  • Phys.org. (2025). How low-carbon supply chain finance helps businesses cut emissions and unlock green funding. Publicado el 12 de noviembre de 2025. Disponible en: https://phys.org/news/2025-11-carbon-chain.html
  • Macquarie University Business School (2025). Dr. Peter Shi: Sustainable finance and low-carbon supply chains.
  • Global Green Finance Initiative (2024). Supply Chain Carbon Accounting and Green Credit Systems.
  • World Economic Forum (2025). Financing the Net Zero Transition: Integrating sustainability in global supply networks.