La expansión de las zonas áridas se convierte en uno de los mayores riesgos ambientales del siglo XXI, afectando ecosistemas, comunidades rurales y la estabilidad de los sistemas agrícolas en todo el mundo.
Redacción Noticias de la Tierra
🔎 ¿Qué es la desertificación y por qué aumenta con el cambio climático?
La desertificación es la degradación de los suelos en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, causada principalmente por actividades humanas y variaciones climáticas. El aumento de las temperaturas globales y los cambios en los patrones de lluvia aceleran este fenómeno, convirtiéndolo en una amenaza que ya afecta a más del 40% de la superficie terrestre.
🌱 Impactos en la biodiversidad y los ecosistemas
Los ecosistemas áridos, como sabanas y estepas, son extremadamente sensibles. La pérdida de vegetación por sequías prolongadas reduce la capacidad del suelo para retener agua, favorece la erosión y limita la regeneración natural. Esto conduce a la desaparición de especies endémicas y a una reducción crítica de la biodiversidad.
🍽 Consecuencias para la seguridad alimentaria
Según la FAO, millones de personas en África, Asia y América Latina dependen de tierras agrícolas que hoy están en riesgo de desertificación. La degradación del suelo disminuye la productividad agrícola, afectando directamente la seguridad alimentaria global y aumentando la dependencia de importaciones.
👥 Comunidades rurales en primera línea
La desertificación afecta de manera desproporcionada a las comunidades rurales y campesinas. La falta de agua, la pérdida de cosechas y la migración forzada son realidades crecientes. Este fenómeno se ha convertido en una de las principales causas de desplazamientos ambientales en regiones como el Sahel africano.
🔧 Soluciones y estrategias para frenar la desertificación
- Reforestación y restauración de suelos con especies nativas.
- Agricultura regenerativa y uso de abonos verdes para devolver nutrientes al suelo.
- Tecnologías de captación de agua, como cosecha de lluvia y riego por goteo.
- Acuerdos internacionales, como la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD).
La combinación de ciencia, políticas públicas y saberes tradicionales es clave para contener este desafío.
