Los bosques cubren aproximadamente el 40 % de la superficie terrestre de la UE. Entre 1990 y 2022, absorbieron alrededor del 10 % de las emisiones de carbono antropogénicas del continente. Sin embargo, la capacidad de absorción de dióxido de carbono de los bosques, también conocidos como sumideros de carbono, es cada vez menor.
por Eberhard Fritz, Sociedad Max Planck
Así lo demuestran los cálculos de presupuestos de carbono plurianuales realizados por un equipo internacional de investigadores en un estudio reciente de Nature . La continua disminución del sumidero de carbono de nuestros bosques pone en peligro los objetivos climáticos de la UE. Para detener o revertir esta tendencia, los autores recomiendan medidas prácticas en materia de investigación y gestión forestal.
Los bosques absorben dióxido de carbono (CO₂) de la atmósfera, lo utilizan para su metabolismo y lo convierten en biomasa. Por lo tanto, los bosques sanos y en crecimiento actúan como sumideros de carbono, almacenando a largo plazo el CO₂ atmosférico perjudicial para el clima.
Los bosques son el mayor sumidero natural de carbono terrestre en la UE, pero esta función está amenazada: entre 2020 y 2022, el sumidero de carbono medio disminuyó alrededor de un 27 % en comparación con el valor medio de los años 2010 a 2014, según el inventario de gases de efecto invernadero de la UE publicado por la Agencia Europea de Medio Ambiente en 2024.
Las nuevas cifras para 2025 presentan un panorama aún más sombrío, con una disminución aún mayor del sumidero. Si la tendencia continúa, la UE no alcanzará el objetivo establecido en el Reglamento 2018/841 de ahorrar 42 millones de toneladas adicionales de equivalentes de CO₂ para 2030, en comparación con la media del período 2018-2020.
Causas de la disminución de la absorción de carbono
Entre 1950 y 2020, los bosques de la UE duplicaron con creces su biomasa y prácticamente triplicaron su capacidad de secuestro de carbono. Esto se debió, entre otras cosas, a la reforestación posterior a la guerra, la mejora de la gestión forestal, la sustitución de la madera por nuevas fuentes de energía y el aumento del aporte de nitrógeno.
La disminución de la absorción de carbono que se mide actualmente tiene varias causas. La extracción de madera ha aumentado y el cambio climático está provocando olas de calor y sequías más frecuentes, que perjudican el crecimiento de las plantas. Esto ha reducido la biomasa de los árboles y, por consiguiente, su capacidad para absorber dióxido de carbono.
El cambio climático también está incrementando la frecuencia y gravedad de las amenazas esporádicas a los bosques, como plagas de insectos, tormentas, muerte regresiva de los árboles e incendios forestales. Esto se ve agravado por la poca resiliencia de los bosques de la UE: alrededor del 30 % consiste en monocultivos, que son más susceptibles a las influencias climáticas y las plagas.
Estos factores suponen una importante presión para los bosques de la UE y, por tanto, para su función como sumideros de carbono.
«Nuestra investigación ha advertido sobre estos efectos del cambio climático y los fenómenos climáticos extremos desde la ola de calor de 2003. Ahora se ha confirmado: no solo afectan a los ecosistemas a corto plazo, sino que también debilitan la absorción de carbono de nuestros bosques a largo plazo», afirma el profesor Markus Reichstein, del Instituto Max Planck de Biogeoquímica en Jena (Alemania), quien participó activamente en el estudio.
Sin embargo, también se está produciendo un debilitamiento de la absorción de carbono en otros bosques del mundo, como lo ha demostrado una investigación del Instituto Max Planck en los bosques tropicales de la Amazonia.
Acciones recomendadas
Las consecuencias del cambio climático en los sumideros de carbono exigen contramedidas a varios niveles: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero , gestionar los bosques para aumentar su resiliencia ante futuras condiciones climáticas y fenómenos meteorológicos extremos , y adaptar las prácticas de extracción de madera. Además, necesitamos un monitoreo más preciso y oportuno de todas las reservas de carbono y de la salud de nuestros bosques. Estas mediciones deberían proporcionar datos fiables para desarrollar las políticas y medidas prácticas necesarias para restaurar los sumideros de carbono forestales y maximizar su resiliencia.
Sin embargo, depender únicamente de los sumideros naturales de carbono es arriesgado. En cambio, quienes reduzcan las emisiones se verán recompensados con creces: con menos fenómenos climáticos extremos y, como resultado, bosques que podrán volver a retener más carbono, concluye Reichstein.
El estudio describe medidas específicas en las áreas de monitoreo, modelado y gestión forestal para prevenir el deterioro del sumidero de carbono forestal. La implementación de estas medidas podría impulsar la Ley de Renaturalización de 2024 de la UE, diversas regulaciones de la UE y su objetivo de neutralidad climática.
Además de exigir medidas integradas, el estudio presenta una hoja de ruta de investigación complementaria que sirve de guía para las decisiones políticas necesarias. Si se combinan regulaciones oportunas con incentivos para prácticas sostenibles , la UE aún puede revertir el declive de sus bosques y mantener su contribución prevista a la neutralidad climática para 2050.
Más información: Mirco Migliavacca et al., Asegurando el sumidero de carbono forestal para la ambición climática de la Unión Europea, Nature (2025). DOI: 10.1038/s41586-025-08967-3
