¿Qué puede decirnos el clima antiguo sobre las sequías modernas?


El cambio climático está transformando el ciclo global del agua, alterando los patrones de lluvia y ejerciendo una presión creciente sobre las ciudades y los ecosistemas. Algunas regiones se enfrentan a lluvias más intensas e inundaciones, mientras que otras se enfrentan a sequías prolongadas que amenazan la salud pública, perturban las economías y aumentan el riesgo de inestabilidad política. Un ejemplo reciente fue la sequía que se prolongó durante años entre 2015 y 2020, llevando a Ciudad del Cabo, Sudáfrica, al borde de quedarse sin agua, un momento que las autoridades denominaron «Día Cero».


por la Universidad de Syracuse


Los científicos han debatido durante mucho tiempo si los fenómenos extremos como la crisis del agua en Ciudad del Cabo son impulsados ​​por el cambio climático provocado por el hombre o son parte de la variabilidad climática natural, y algunos modelos sugieren que el calentamiento global puede de hecho desempeñar un papel.

«Pero un modelo no es el mundo real», afirma Tripti Bhattacharya, profesora asociada de la Familia Thonis en el Departamento de Ciencias de la Tierra y Ambientales (EES) de la Universidad de Syracuse. «Así que repasamos el pasado».

En un artículo publicado recientemente en Nature Communications , Bhattacharya y un equipo de investigadores —dirigido por Claire Rubbelke, doctora, graduada de la EES (promoción de 2025) (y con el apoyo de Lucy Weisbeck, estudiante de pregrado de la Facultad de Ciencias Ambientales y Forestales de la Universidad Estatal de Nueva York, así como, en trabajos anteriores, Ellen Jorgensen, promoción de 2023)— analizaron materia vegetal antigua preservada en una columna de sedimentos extraída de la costa sudafricana. Estas moléculas contienen isótopos de hidrógeno provenientes de las precipitaciones que nutrieron a las plantas, lo que proporciona una huella química de las condiciones climáticas pasadas.

El estudio se centra en la Transición del Pleistoceno Medio, un período de 550.000 años, entre hace 1,25 y 0,7 millones de años, en el que los ciclos glaciales y la composición atmosférica de la Tierra experimentaron importantes cambios. Los investigadores hallaron evidencia de que, durante este periodo, cambios drásticos en la circulación atmosférica global —incluidas contracciones y expansiones de la enorme célula de Hadley, que se eleva cerca del ecuador y desciende alrededor de los 30 grados de latitud— produjeron condiciones de humedad y sequía en el sur de África. Estas últimas corresponden a las condiciones experimentadas durante la crisis del Día Cero en Ciudad del Cabo.

«Descubrimos que, cuando el clima ha cambiado drásticamente en el pasado, se han producido cambios similares a la sequía del Día Cero», afirma Bhattacharya. «Esto sugiere que este tipo de eventos están realmente impulsados ​​por el cambio climático global».

Rubbelke afirma que los hallazgos plantean nuevas preguntas sobre el futuro. «Una gran pregunta que me queda es si estas sequías cortas —y la sequía del Día Cero fue relativamente breve— se prolongarán y, con el tiempo, se convertirán en una característica permanente del clima regional», afirma. «El hecho de que sequías pasadas aparezcan en el registro sedimentario sugiere que persistieron durante muchos años».

En su futuro trabajo como investigadora postdoctoral, Rubbelke planea realizar estudios comparativos en la costa este de África, al otro lado del continente, para comprender mejor las variaciones en las precipitaciones. También espera explorar cómo los cambios en los patrones de lluvia pudieron haber moldeado la evolución humana temprana en el sur de África, donde se encuentran yacimientos fósiles clave como la Cuna de la Humanidad. Los cambios en la vegetación y la disponibilidad de agua podrían haber influido en el lugar donde vivieron las especies de homínidos y cuáles sobrevivieron.

Más allá de sus conocimientos científicos, la investigación ofrece valor práctico para el presente. Regiones como California, que comparten el clima mediterráneo de Sudáfrica —caracterizado por inviernos suaves y húmedos y veranos calurosos y secos— podrían beneficiarse de una comprensión más profunda de la dinámica de las sequías pasadas. «Los modelos climáticos son la única herramienta que tenemos para la planificación», afirma Bhattacharya. «Al comprobar su eficacia en la simulación de eventos pasados, podemos identificar sus deficiencias y, en última instancia, mejorar nuestra capacidad de modelización para prepararnos mejor para el futuro».

Más información: Claire B. Rubbelke et al., Impactos de los frentes subtropicales del hemisferio sur en el hidroclima de África austral durante la transición del Pleistoceno Medio, Nature Communications (2025). DOI: 10.1038/s41467-025-58792-5