Un equipo internacional de investigación, dirigido por la Universidad de Bremen, ha investigado los factores que influyeron en la expansión de la capa de hielo patagónica durante la última glaciación. Los científicos hallaron evidencia de que el avance y retroceso de los glaciares en Sudamérica durante los últimos 120.000 años se debió principalmente a los cambios en la radiación solar estival y la duración de los veranos.
por Jana Nitsch, MARUM – Centro de Ciencias Ambientales Marinas
Estas fluctuaciones energéticas siguieron un ciclo regular similar a los cambios en el ángulo de inclinación de la Tierra, pero se vieron amplificadas o suprimidas por variaciones climáticas a corto plazo a lo largo de miles de años. Los resultados del estudio se han publicado en Nature Communications .
La Patagonia es una región impresionantemente diversa con una amplia variedad de paisajes. Extensos bosques, praderas abiertas, desiertos áridos e imponentes cordilleras caracterizan la región. Pero no siempre fue tan diversa, y aún hoy se pueden encontrar vestigios de un paisaje completamente diferente: los Campos de Hielo Patagónicos.
En la parte occidental de la región, zonas glaciares compactas se extienden por cientos de kilómetros a lo largo de los Andes en Chile y Argentina. Los campos de hielo patagónicos norte y sur son remanentes de una capa de hielo mucho mayor que alcanzó su máxima extensión hace unos 35.000 años. En ese entonces, la cordillera central de los Andes estaba cubierta de hielo entre los 38 y los 55 grados de latitud sur.
«El objetivo de nuestro estudio fue investigar la historia espacio-temporal de la capa de hielo patagónica durante todo el último ciclo glaciar —desde hace unos 120.000 años hasta la actualidad— y así comprender mejor las causas de las secuencias temporales y la dinámica de los avances y retrocesos de los glaciares», explica el Dr. Andrés Castillo-Llarena, primer autor del estudio.
Castillo-Llarena es modelador del sistema terrestre en MARUM (Centro de Ciencias Ambientales Marinas) y en el Departamento de Geociencias de la Universidad de Bremen. Un enfoque principal del equipo internacional fue el papel de la variabilidad climática a escala milenaria como mecanismo impulsor de los cambios en la capa de hielo patagónica.
La última glaciación impactó las condiciones ambientales y los paisajes de todo el mundo. América del Norte, el norte de Europa y la Patagonia, en particular, estuvieron densamente cubiertos por gigantescas capas de hielo que posteriormente desaparecieron tras la glaciación. Dado que el crecimiento y la disminución de las masas de hielo estuvieron controlados en gran medida por las fluctuaciones de temperatura y precipitación, las capas de hielo del pasado proporcionan información importante sobre los cambios climáticos del pasado.
Los actuales hallazgos paleoclimáticos de la Patagonia y Nueva Zelanda indican que la máxima expansión de los glaciares en las latitudes medias del hemisferio sur ocurrió casi simultáneamente, pero no fue sincrónica con la historia glacial del hemisferio norte.
Para estudiar esto con mayor detalle, el equipo de Castillo-Llarena realizó simulaciones por computadora. Sus resultados indican que la capa de hielo de la capa de hielo patagónica experimentó períodos de expansión y contracción, en lugar de tener una historia glacial uniforme, lo cual contradice las suposiciones previas basadas en reconstrucciones geológicas.
Muestran además que la capa de hielo patagónica experimentó dos períodos principales de avance glaciar durante el último ciclo glacial: al inicio de la etapa isotópica marina (EIM) 4, hace unos 71.000 años, y al final de la EIM 3, hace unos 35.000 años. Entre estos períodos, se produjo una contracción temporal de la capa de hielo hace unos 60.000 años.
El equipo de investigadores logró identificar la fuerza impulsora de las fluctuaciones a largo plazo como la combinación de cambios en la duración de las estaciones de verano con la intensidad de la radiación solar estival , lo que se conoce como «energía de verano integrada». Esta fluctúa con los cambios en la inclinación de la Tierra en una escala de tiempo de aproximadamente 40.000 años.
«Sospechamos que la energía integrada del verano moduló no solo el comportamiento de la capa de hielo patagónica, sino también el de otras masas de hielo en las latitudes medias del hemisferio sur», afirmó Castillo-Llarena. Además, el equipo descubrió que, superpuestas a las fluctuaciones a largo plazo, se observaron variaciones a corto plazo en la capa de hielo patagónica a escalas de tiempo milenarias que pueden vincularse a cambios climáticos abruptos en el hemisferio norte.
«Estos hallazgos son de particular importancia debido a la relativa escasez de datos sobre las fluctuaciones climáticas pasadas en el hemisferio sur. Sin embargo, para comprender mejor el cambio climático futuro, es fundamental comprender cómo interactúan los hemisferios norte y sur», explica el Dr. Matthias Prange, científico del MARUM y coautor del estudio.
Más información: Andrés Castillo-Llarena et al., Forzamiento orbital y a escala milenaria de la capa de hielo patagónica a lo largo del último ciclo glacial, Nature Communications (2025). DOI: 10.1038/s41467-025-64614-5
