Investigadores internacionales confirman que estos fenómenos climáticos extremos han aumentado su impacto humano y económico, afectando sobre todo a regiones costeras densamente pobladas.
Redacción Noticias de la Tierra
Los ciclones tropicales, conocidos en distintas regiones como huracanes, tifones o tormentas tropicales, figuran entre los desastres climáticos más destructivos y costosos del planeta, según destacó un nuevo análisis publicado por el portal científico Phys.org.
El estudio global muestra que, aunque los avances en sistemas de alerta temprana han reducido el número de víctimas en algunos lugares, el crecimiento de la población costera y el aumento de la intensidad de las tormentas están provocando un impacto cada vez más devastador tanto en vidas humanas como en pérdidas económicas.
Un fenómeno global con rostro humano
Los ciclones tropicales se forman sobre océanos cálidos y obtienen su energía del calor acumulado en la superficie del agua. Con el aumento de las temperaturas oceánicas, impulsado por el cambio climático, estos sistemas están ganando fuerza y frecuencia.
De acuerdo con los investigadores citados por Phys.org, los daños materiales derivados de ciclones y huracanes han crecido de forma sostenida en las últimas décadas, incluso después de ajustar las cifras a la inflación y al aumento de la población.
“El calentamiento global está intensificando la capacidad destructiva de estos fenómenos, y las comunidades vulnerables son las que pagan el precio más alto”, señalaron los autores del estudio.
El costo económico del clima extremo
Entre 1980 y 2024, los ciclones tropicales provocaron pérdidas económicas superiores a 2 billones de dólares en todo el mundo, además de millones de desplazamientos y una cifra creciente de víctimas. Los investigadores subrayan que los daños no solo derivan del viento o las lluvias, sino también del incremento de las marejadas ciclónicas y las inundaciones asociadas.
Las zonas más afectadas incluyen el sureste asiático, el Caribe, América Central y el sur de Estados Unidos, regiones donde el aumento del nivel del mar agrava los efectos de cada tormenta.
Adaptación y prevención: una carrera contra el tiempo
El informe recomienda fortalecer los sistemas de alerta temprana, infraestructuras resilientes y planes de evacuación comunitarios, especialmente en países de bajos ingresos donde los recursos para la prevención son limitados.
También subraya la necesidad de integrar la gestión del riesgo climático en las políticas urbanas, dado que muchas de las ciudades más grandes del mundo se ubican en zonas costeras susceptibles de sufrir impactos directos.
De acuerdo con Phys.org, los ciclones tropicales no solo representan un desafío meteorológico, sino también una cuestión de justicia climática, ya que las naciones menos responsables de las emisiones son las que sufren con mayor intensidad los daños.
Una amenaza en aumento
Los expertos advierten que el aumento de la temperatura global podría intensificar los ciclones más severos, con vientos que superen los 250 km/h y lluvias torrenciales capaces de destruir infraestructuras críticas en cuestión de horas.
A medida que el clima se calienta, la diferencia entre una tormenta fuerte y una catástrofe total puede depender de la preparación de las comunidades. Como concluye el informe citado por Phys.org, “la ciencia ya no se pregunta si los ciclones serán peores, sino cómo y cuándo afectarán a más personas”.
Referencias
Basado en una publicación de Phys.org (2025): Tropical cyclones are among the world’s most destructive and costly climate disasters.
Disponible en: https://phys.org/news/2025-11-tropical-cyclones-globally-people-died.html










