La ciencia del frío busca rescatar a las estrellas de mar gigantes y restaurar ecosistemas marinos clave


Una estrategia de criopreservación ofrece esperanza frente a una devastadora enfermedad oceánica


Redacción Noticias de la Tierra


Durante la última década, las estrellas de mar gigantes del Pacífico norte han sufrido un colapso poblacional sin precedentes a causa de una enfermedad marina conocida como síndrome de desgaste estelar. Millones de ejemplares desaparecieron en pocos años, alterando de forma profunda el equilibrio de los ecosistemas costeros. Ahora, un ambicioso plan científico basado en la criopreservación —la llamada ciencia del frío— busca revertir este daño ecológico y devolver a estas especies un papel fundamental en la salud de los océanos.

El proyecto combina biología marina, tecnología criogénica y conservación ambiental con un objetivo claro: preservar material biológico viable de estrellas de mar para asegurar su futura reintroducción y recuperación a gran escala. La iniciativa no solo apunta a salvar una especie emblemática, sino también a restaurar los bosques de kelp, ecosistemas marinos de enorme valor ecológico y económico.

El colapso de las estrellas de mar y su impacto ecológico

Las estrellas de mar gigantes, en particular especies como Pycnopodia helianthoides, cumplen un rol crucial como depredadores clave en los ecosistemas del Pacífico norte. Su desaparición provocó un efecto en cascada: al reducirse su presión sobre los erizos de mar, estos proliferaron sin control y comenzaron a devorar extensas áreas de kelp, las grandes algas que forman auténticos bosques submarinos.

La pérdida de estos bosques de kelp afecta directamente a la biodiversidad marina, ya que sirven de refugio, zona de reproducción y fuente de alimento para peces, invertebrados y mamíferos marinos. Además, cumplen funciones esenciales en la captura de carbono y la protección de las costas frente a la erosión.

Una enfermedad marina aún poco comprendida

El síndrome de desgaste estelar se manifiesta mediante lesiones, pérdida de extremidades y una rápida desintegración del cuerpo del animal. Aunque se han identificado factores ambientales y patógenos asociados, la enfermedad sigue siendo objeto de intensa investigación científica.

El aumento de la temperatura del océano, vinculado al cambio climático, parece haber debilitado el sistema inmunológico de las estrellas de mar, facilitando la propagación de la enfermedad. Este contexto ha llevado a los científicos a buscar soluciones que no dependan exclusivamente de la recuperación natural de las poblaciones.

Criopreservación: conservar hoy para restaurar mañana

La criopreservación consiste en conservar células, tejidos o material reproductivo a temperaturas extremadamente bajas, deteniendo su actividad biológica sin dañarlos. Esta técnica, ampliamente utilizada en medicina y ganadería, está siendo adaptada ahora a la conservación marina.

En el caso de las estrellas de mar, los investigadores trabajan para preservar esperma, óvulos y tejidos clave, creando una especie de banco genético. Este reservorio permitiría, en el futuro, criar individuos sanos en condiciones controladas y reintroducirlos en el medio natural cuando las condiciones ambientales sean más favorables.

Un enfoque innovador para la conservación oceánica

La aplicación de la criopreservación a especies marinas representa un cambio de paradigma. Tradicionalmente, la conservación se ha centrado en proteger hábitats y reducir presiones humanas. Si bien estas acciones siguen siendo fundamentales, el nuevo enfoque añade una herramienta activa para rescatar especies en riesgo crítico.

Los científicos consideran que esta estrategia podría convertirse en un modelo replicable para otras especies marinas amenazadas por enfermedades, calentamiento oceánico o eventos extremos cada vez más frecuentes.

Restaurar los bosques de kelp: un objetivo estratégico

Salvar a las estrellas de mar gigantes no es un fin aislado. Su recuperación permitiría controlar de manera natural las poblaciones de erizos de mar, facilitando la regeneración de los bosques de kelp. Estos ecosistemas son comparables, en importancia, a los bosques tropicales terrestres.

Los bosques de kelp sostienen pesquerías, protegen la línea costera y contribuyen a mitigar el cambio climático al absorber grandes cantidades de dióxido de carbono. Restaurarlos implica beneficios directos para comunidades costeras, economías locales y la salud del océano.

Desafíos técnicos y éticos del proyecto

A pesar de su potencial, la criopreservación marina enfrenta importantes desafíos. No todas las células sobreviven al proceso de congelación y descongelación, y cada especie requiere protocolos específicos. Además, la reintroducción de organismos criopreservados debe realizarse con extremo cuidado para evitar desequilibrios genéticos o la propagación de patógenos.

Desde el punto de vista ético, algunos expertos advierten que estas tecnologías no deben convertirse en una excusa para descuidar la protección de los ecosistemas naturales. La ciencia del frío se plantea como una herramienta complementaria, no como un sustituto de la conservación ambiental tradicional.

Ciencia, cooperación y urgencia climática

El plan para salvar a las estrellas de mar gigantes es el resultado de la colaboración entre universidades, institutos de investigación y organizaciones dedicadas a la conservación marina. Esta cooperación interdisciplinaria refleja la complejidad de los desafíos ambientales actuales, donde la crisis climática exige respuestas innovadoras y urgentes.

Los investigadores subrayan que el tiempo es un factor crítico. Cuanto más se demore la acción, mayor será la pérdida de diversidad genética y más difícil resultará la recuperación de las poblaciones naturales.

Una esperanza para los océanos del futuro

Aunque el proyecto aún se encuentra en fases de desarrollo, sus resultados iniciales ofrecen una señal de esperanza en un contexto marcado por noticias de deterioro ambiental. La posibilidad de utilizar la criopreservación para rescatar especies marinas abre un nuevo capítulo en la relación entre ciencia y naturaleza.

Salvar a las estrellas de mar gigantes no solo significa proteger a un organismo carismático, sino también defender la integridad de ecosistemas enteros. En un planeta cada vez más afectado por el calentamiento global, la innovación científica podría ser clave para preservar la vida en los océanos y garantizar su equilibrio para las generaciones futuras.

Referencias

Infobae. El asombroso plan para salvar a las estrellas de mar gigantes con la ciencia del frío.
Investigaciones científicas sobre criopreservación y conservación de estrellas de mar en el Pacífico norte.
Estudios ecológicos sobre bosques de kelp, erizos de mar y depredadores clave marinos.