Informe global 2025 sobre acción climática: ningún sector avanza al ritmo del Acuerdo de París


El informe de evaluación climática 2025 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) confirma una realidad inquietante: ningún sector económico del planeta está cumpliendo con la trayectoria necesaria para limitar el calentamiento global a 1,5 °C, tal como establece el Acuerdo de París. El documento, titulado Emissions Gap Report 2025, señala que las emisiones globales de gases de efecto invernadero no solo se mantienen en niveles históricamente altos, sino que varios sectores clave —energía, transporte, agricultura y construcción— muestran señales de retroceso frente a sus compromisos de reducción.


Redacción Noticias de la Tierra


El informe, elaborado por más de 250 científicos de 60 países, estima que las emisiones totales en 2024 alcanzaron 58 gigatoneladas de CO₂ equivalente, un nuevo récord impulsado por el aumento en la demanda energética postpandemia y por el crecimiento de la industria pesada en Asia. A este ritmo, el mundo se encamina hacia un calentamiento promedio de 2,7 °C para finales de siglo, con consecuencias irreversibles para los ecosistemas y las sociedades humanas.

En el sector energético, responsable del 73 % de las emisiones globales, las inversiones en combustibles fósiles continúan superando ampliamente las destinadas a energías renovables. Aunque la capacidad solar y eólica instalada creció un 16 % en 2024, los subsidios a los combustibles fósiles aumentaron un 30 %, alcanzando los 1,3 billones de dólares, según el Fondo Monetario Internacional. Países productores de petróleo y gas están expandiendo su infraestructura a pesar de los compromisos internacionales, lo que podría bloquear emisiones futuras durante décadas.

El transporte, otro gran emisor, avanza lentamente hacia la descarbonización. Si bien la flota global de vehículos eléctricos superó los 40 millones de unidades en 2025, esto representa menos del 5 % del parque automotor mundial. El transporte marítimo y aéreo, sectores tradicionalmente difíciles de electrificar, siguen dependiendo de combustibles fósiles. Los biocombustibles avanzados y el hidrógeno verde comienzan a emerger como alternativas, pero aún enfrentan altos costos de producción y limitaciones logísticas.

En la agricultura y ganadería, la situación es igualmente crítica. Las emisiones derivadas del metano y del uso de fertilizantes nitrogenados han aumentado, impulsadas por la expansión agrícola en regiones tropicales. Investigaciones recientes de la FAO revelan que la intensificación de la ganadería representa el 14 % de las emisiones globales, y las prácticas regenerativas, aunque prometedoras, aún cubren menos del 2 % de las tierras cultivadas. A pesar de los compromisos para reducir el metano un 30 % para 2030, solo 15 países han presentado planes concretos y financiados.

El sector de la construcción, responsable de un tercio del consumo energético mundial, tampoco muestra avances suficientes. Los materiales de alto impacto como el cemento y el acero siguen generando cerca del 10 % de las emisiones globales. Los proyectos de “edificios neto cero” crecen lentamente fuera de Europa y América del Norte, mientras la urbanización descontrolada en África y Asia incrementa el consumo de energía y recursos naturales.

El informe también advierte sobre un fenómeno preocupante: el “greenwashing estructural”, es decir, la proliferación de compromisos climáticos que no se traducen en acciones reales. De las 196 naciones firmantes del Acuerdo de París, solo 37 han presentado estrategias de reducción de emisiones verificables y coherentes con sus metas de 2030. Además, los flujos financieros internacionales destinados a mitigación climática están muy por debajo de las necesidades estimadas: apenas 630 000 millones de dólares anuales frente a los 4,5 billones necesarios, según el Banco Mundial.

Los expertos coinciden en que las tecnologías necesarias para evitar el colapso climático ya existen: energías renovables, eficiencia industrial, agricultura sostenible y captura de carbono. Lo que falta es voluntad política y una redistribución global del financiamiento. Sin un cambio drástico en la gobernanza climática, advierte el informe, la ventana para cumplir el objetivo de 1,5 °C se cerrará definitivamente antes de 2032.

A pesar del panorama sombrío, el documento subraya ejemplos de progreso: la expansión de la energía solar en India, los compromisos de neutralidad de carbono en la Unión Europea y el crecimiento de los bonos verdes en América Latina son señales de que la transición es posible. Sin embargo, estos esfuerzos aislados aún no compensan la inercia global de los sectores más contaminantes. El planeta, concluye el PNUMA, “ya no puede esperar”.

Referencias

  • Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (2025). Emissions Gap Report 2025.
  • Fondo Monetario Internacional (2024). Global Fossil Fuel Subsidy Tracker.
  • Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (2025). Global Methane Emissions from Agriculture and Livestock.
  • Banco Mundial (2025). Financing Climate Action: Global Investment Needs.
  • Organización Meteorológica Mundial (2025). Climate State 2025: Warming Trends and Emission Pathways.