A medida que el clima global continúa calentándose, las temporadas de incendios se han intensificado y los incendios forestales a gran escala se han vuelto más frecuentes en muchas partes del mundo. Factores como el tipo de vegetación, los patrones de uso del suelo y la actividad humana afectan la probabilidad de ignición, pero la proliferación de incendios forestales depende, en última instancia, de dos factores: el clima y la disponibilidad de combustible.
por Sarah Derouin, Eos
Stephanie Kampf y sus colegas estudiaron las relaciones entre el fuego, los combustibles y el clima en regiones templadas de todo el mundo, centrándose específicamente en el oeste de Norteamérica, Europa occidental y central, y el suroeste de Sudamérica. Cada una de las tres regiones incluye zonas desérticas, arbustivas y forestales , así como climas locales que varían de áridos a húmedos.
Los investigadores extrajeron información sobre el área total quemada y la frecuencia de incendios forestales en estas regiones entre 2002 y 2021 de la base de datos GlobFire, y obtuvieron datos sobre la cobertura terrestre y la biomasa durante el mismo período del Mapeo y Estimación de Cobertura Terrestre Global (GLanCE) de la NASA.
También utilizaron datos de precipitación y evapotranspiración de TerraClimate para calcular el índice de aridez anual medio ( precipitación anual media dividida por evapotranspiración anual media) de cada región. Su estudio se publicó en la revista AGU Advances .
Los investigadores descubrieron que, durante el período de estudio de 20 años y en las tres regiones, los incendios quemaron áreas de tierra más pequeñas en zonas con climas muy secos o muy húmedos, en comparación con las zonas de aridez intermedia. Sugieren que esta tendencia se explica por la falta de vegetación suficiente para alimentar incendios generalizados en zonas secas y, en zonas húmedas, por las condiciones climáticas que reducen la probabilidad de incendios. En cambio, las áreas quemadas fueron mayores en las zonas intermedias, donde la abundancia de biomasa y las condiciones climáticas son más propicias para alimentar incendios.
De las tres regiones estudiadas, América del Norte presentó la mayor superficie total quemada, la mayor fracción de superficie quemada y la mayor magnitud de los incendios. Los investigadores señalan que la fragmentación de las zonas con vegetación en Sudamérica (por la Cordillera de los Andes) y en Europa (debido al uso extensivo del suelo) probablemente ha limitado la magnitud de los incendios y las áreas quemadas en esas regiones. También señalan que el aumento de las temperaturas y la aridez están incrementando el riesgo de grandes incendios forestales en las tres regiones, lo que sugiere que los gestores de incendios deben ser flexibles y responder a los cambios locales.
Más información: Stephanie K. Kampf et al., Interacciones entre fuego, combustible y clima en climas templados, AGU Advances (2025). DOI: 10.1029/2024AV001628
