Los glaciares andinos ya no podrán amortiguar las megasequías del siglo XXI, advierte nuevo estudio


El retroceso acelerado del hielo en Chile reduce la capacidad natural de almacenamiento hídrico en plena crisis climática


Redacción Noticias de la Tierra


Una nueva investigación internacional pone en el centro del debate una realidad que ya se siente con fuerza en América del Sur: los glaciares de los Andes, fundamentales para el equilibrio hídrico de la región, están perdiendo rápidamente la capacidad de amortiguar los efectos de las megasequías, especialmente en países como Chile, donde la sequía prolongada se extiende por más de quince años. El estudio, en el que participa la investigadora Francesca Pellicciotti del Institute of Science and Technology Austria (ISTA), plantea escenarios futuros que advierten sobre un riesgo creciente para las comunidades que dependen del deshielo como fuente estratégica de agua.

Los científicos analizaron cómo responderían los sistemas glaciares andinos si una megasequía similar a la actual se repitiera a mediados de este siglo. El resultado es contundente: debido al adelgazamiento y retroceso del hielo, los glaciares no podrían liberar suficiente agua para compensar la escasez de precipitaciones, lo que afectaría de manera severa el abastecimiento para consumo humano, agricultura, energía y ecosistemas.

Agua desde el hielo: una protección que se debilita aceleradamente

Durante décadas, los glaciares de los Andes actuaron como un colchón hídrico natural, liberando agua lentamente durante los meses secos y suavizando los impactos de los ciclos climáticos. Esta función ha sido clave para sostener zonas agrícolas, ciudades y cuencas completas en entornos marcados por la variabilidad del clima.

Sin embargo, el estudio revela que este equilibrio está llegando a su límite. La prolongada falta de lluvias, sumada al aumento sostenido de las temperaturas, ha acelerado el derretimiento glacial. Esto provoca que los glaciares entreguen hoy un volumen extra de agua, generando una falsa sensación de estabilidad, pero reduciendo de manera irreversible su volumen total.

Los investigadores advierten que esta fase, conocida como “peak water”, es temporal. Después de este período en el que los glaciares liberan más agua de la habitual, la tendencia se invertirá: habrá menos hielo disponible y, por tanto, menos aporte para las cuencas. El estudio señala que esta transición podría ocurrir mucho antes de lo proyectado si continúan las sequías extremas.

El caso de Chile: una megasequía histórica y un riesgo creciente

Chile enfrenta desde hace más de quince años una de las sequías más severas de su historia moderna. En este escenario, los glaciares se han convertido en un recurso vital, especialmente en regiones donde la agricultura depende del riego proveniente del deshielo.

El equipo de investigación destaca que la cordillera chilena ha experimentado tasas de derretimiento entre las más rápidas del planeta. Esto se debe no solo al aumento térmico, sino también a cambios en los patrones de precipitación, que disminuyen la acumulación de nieve y limitan la capacidad de los glaciares para regenerarse.

Si esta tendencia continúa, los glaciares chilenos podrían perder gran parte de su capacidad para regular los flujos hídricos. Esto afectaría directamente a los sistemas de riego del centro del país, a la producción de energía hidroeléctrica y a ciudades que dependen del agua cordillerana para abastecimiento potable.

Un futuro más seco exige nuevas estrategias de gestión

Los investigadores enfatizan que el retroceso glacial es uno de los indicadores más sensibles del cambio climático, y su impacto en regiones áridas o semiáridas puede ser crítico. El estudio invita a pensar en nuevas estrategias para enfrentar un futuro con menos agua disponible.

Entre las medidas señaladas se encuentran:

  • mejorar la eficiencia del uso del agua en agricultura, el principal consumidor en la región
  • ampliar la infraestructura de almacenamiento, incluyendo embalses y sistemas de recarga de acuíferos
  • fortalecer la protección de glaciares y su entorno, evitando actividades que aceleren su deterioro
  • desarrollar modelos de alerta que permitan anticipar reducciones críticas en los caudales
  • promover tecnologías de reutilización y desalinización en zonas costeras

La investigación advierte, además, que sin una reducción sostenida de emisiones globales, el escenario será aún más desafiante. Un clima más cálido implicará más evaporación, menos nieve acumulada y un retroceso mayor en los glaciares, creando un círculo de estrés hídrico difícil de revertir.

Ciencia para anticipar y actuar

El aporte del equipo internacional, incluyendo centros de investigación de Europa y Sudamérica, subraya la importancia de estudiar los glaciares no solo como indicadores ambientales, sino como infraestructuras naturales esenciales para la seguridad hídrica. El trabajo destaca la necesidad de integrar datos climáticos, modelos hidrológicos y proyecciones de derretimiento para construir políticas robustas de adaptación.

Los glaciares, señalan los investigadores, no desaparecerán de inmediato. Pero su papel como fuentes reguladoras de agua sí se verá drásticamente reducido si no se toman medidas de adaptación y mitigación. La megasequía que hoy enfrenta Chile podría ser una ventana hacia el futuro de toda la región andina.

En un siglo donde los eventos climáticos extremos serán más frecuentes y prolongados, comprender el funcionamiento y los límites de los glaciares es fundamental para anticipar crisis y proteger a las comunidades. La advertencia del estudio es clara: si no se actúa ahora, el agua que hoy parece asegurada por el deshielo podría convertirse en uno de los recursos más escasos y disputados del continente.

Referencias

  • Phys.org. “Andes glaciers may no longer buffer megadroughts by mid-century.”
  • Nature Climate Change y estudios asociados sobre retroceso glacial, peak water y sequías prolongadas en los Andes.
  • Investigaciones citadas por el equipo de ISTA y colaboradores internacionales sobre hidrología, glaciología y cambio climático.