Un insecticida común daña los ecosistemas de agua dulce, según un estudio


El pesticida tiacloprid resulta ser más dañino de lo que se creía. Puede perturbar la vida de los invertebrados de agua dulce y sus comunidades, alterando el equilibrio y el funcionamiento de ecosistemas de agua dulce enteros.


por la Universidad de Leiden


Así lo demuestran el ecólogo Henrik Barmentlo y sus colegas en un artículo publicado en Ecology Letters .

En un estudio anterior , Henrik Barmentlo y sus colegas investigadores del Living Lab de Leiden vincularon este pesticida con una disminución drástica de insectos. En las zanjas experimentales del Living Lab, observaron que insectos como libélulas y escarabajos disminuyeron drásticamente tanto en abundancia como en biomasa. Ahora demuestran que no solo los insectos, sino incluso comunidades enteras, se ven afectados en concentraciones consideradas seguras para la vida acuática .

Las normas ambientales no protegen la vida acuática

«Nuestras concentraciones de prueba cumplieron con las normas ambientales establecidas por la EFSA y la EPA, según las cuales debe protegerse la vida acuática; esto no resultó ser así», afirma Barmentlo, ecólogo del Instituto de Ciencias Ambientales.

Para llegar a estas conclusiones, los autores expusieron 27 zanjas experimentales a una concentración de tiacloprid (en comparación con 9 zanjas de control). El tiacloprid pertenece al grupo de insecticidas «neonicotinoides», diseñados para combatir insectos plaga como pulgones y pulgas. Posteriormente, midieron diversos parámetros en los ecosistemas .

«Medimos la diversidad de invertebrados, plantas, fitoplancton, lechos de algas flotantes, descomposición y consumo de invertebrados y varios otros parámetros de calidad del agua «, dice Barmentlo.

Gruesas esteras de algas flotantes

«Nuestros ecosistemas se encontraban en un estado peligroso tras la exposición al pesticida», afirma Barmentlo. El consumo de invertebrados y la abundancia de fitoplancton disminuyeron drásticamente, mientras que las zanjas se cubrieron con gruesas capas de algas flotantes que bloqueaban la luz solar. Incluso meses después del experimento, los investigadores seguían observando estos lechos de algas cubriendo las zanjas.

Aunque la Unión Europea restringió el uso de tiacloprid en 2020, las exenciones de emergencia aún permiten el uso de neonicotinoides en ciertos casos, lo que significa que la amenaza para los ecosistemas de agua dulce persiste. Además, en la mayor parte del mundo, el uso de neonicotinoides sigue siendo generalizado.

Se necesitan regulaciones más estrictas

Los autores abogan por regulaciones más estrictas sobre los neonicotinoides y mejores métodos de monitoreo, como los modelos de red aplicados, para detectar daños a las comunidades de especies. Barmentlo afirma: «Al perfeccionar la forma en que evaluamos las amenazas ambientales mediante nuevas técnicas a nivel de ecosistema, podemos tomar decisiones más informadas para proteger la biodiversidad, la calidad del agua y la salud general de nuestros ecosistemas».

Más información: Henrik S. Barmentlo et al., Las redes en comunidades acuáticas colapsan ante el estrés inducido por neonicotinoides, Ecology Letters (2025). DOI: 10.1111/ele.70121 . onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/ele.70121