Metano: de dónde viene y por qué se nos acaba el tiempo


Las emisiones y concentraciones atmosféricas de metano siguen aumentando, lo que lo convierte en el segundo gas de efecto invernadero de influencia humana más importante en términos de forzamiento climático, después del dióxido de carbono. De hecho, las concentraciones de metano han aumentado más rápido en los últimos cinco años que en cualquier otro período desde que se comenzaron a registrar, y aun así, las investigaciones sugieren que reducir las emisiones de metano podría ser más económico que mitigar el dióxido de carbono, con un beneficio climático comparable.


por la Fundación CMCC – Centro Euromediterráneo sobre el Cambio Climático


La importancia relativa del metano, en comparación con el dióxido de carbono, para el cambio de temperatura radica en su menor permanencia en la atmósfera, su mayor efecto radiativo y la aceleración de su tasa de crecimiento atmosférico durante la última década. Por lo tanto, comprender dónde y por qué se produce esta aceleración es un objetivo central del Presupuesto Global de Metano 2000-2020 del Proyecto Global de Carbono.

«Hacer un seguimiento de las emisiones de metano y mantener una vigilancia vigilante sobre sus tendencias es crucial para una acción climática eficaz», dice el investigador del CMCC Sergio Noce, uno de los coautores del último documento de descripción de datos sobre el Presupuesto Global de Metano 2000-2020, que aparece en Earth System Science Data .

Comprender las fuentes y fluctuaciones de las emisiones de metano nos permite implementar estrategias de mitigación específicas y monitorear su eficacia. Los avances recientes en tecnología satelital, como MethaneSAT y CarbonMapper, proporcionan herramientas valiosas para el monitoreo en tiempo real de las fuentes de metano. Esto puede ayudar a identificar los principales emisores y mejorar nuestra capacidad para crear políticas eficaces.

Dado que dos tercios de las emisiones de metano son atribuibles a las actividades humanas (en particular, a la explotación y el uso de combustibles fósiles, la agricultura y la gestión de residuos), es fundamental que los responsables políticos y la ciudadanía se mantengan informados y participen en los debates sobre la gestión de este gas. Un monitoreo cuidadoso y continuo permite respuestas rápidas y eficaces que pueden ayudar a reducir el impacto en el calentamiento global y, por lo tanto, son vitales para proteger el medio ambiente y garantizar un futuro sostenible.

«Los niveles de metano están aumentando rápidamente, alcanzando 1.931 partes por mil millones en enero de 2024, lo que es más de dos veces y media más alto que antes de la industrialización», dice Noce, quien también destaca que en 2023 las temperaturas globales alcanzaron un récord de 1,45 °C por encima de los niveles preindustriales.

El propio metano contribuyó con aproximadamente 0,5 °C al calentamiento durante la década de 2010, lo que representa dos tercios del calentamiento asociado al dióxido de carbono. El aumento de las concentraciones de metano se ha acelerado significativamente en los últimos años, con importantes incrementos anuales observados entre 2020 y 2023.

Junto con la profesora Simona Castaldi, Noce trabajó en la estimación de emisiones de fuentes no directamente vinculadas a las actividades humanas.

“Estas emisiones naturales de metano son particularmente significativas, representando alrededor del 35% al ​​45% de las emisiones anuales totales, según diversas estimaciones que componen nuestro presupuesto actualizado”, afirma Noce.

En este contexto más amplio, nuestra investigación se centró específicamente en las termitas, que representan una porción menor, pero significativa, de estas emisiones naturales. A pesar de su pequeño tamaño, estos diminutos organismos producen una cantidad sustancial de metano a través de sus procesos vitales, lo que destaca su papel en el balance general de metano.

Al colaborar con un grupo tan multifacético de expertos de diversos campos, el proyecto proporciona una comprensión integral de las emisiones de metano, garantizando que los hallazgos y metodologías más recientes se incorporen a sus evaluaciones. Esta colaboración mejora la fiabilidad y precisión de los datos sobre metano, lo que permite un mejor seguimiento de las emisiones y fundamenta las estrategias de mitigación.

El equipo que respalda la reciente publicación incluye aproximadamente 70 expertos y combina diversos métodos para el análisis de las emisiones de metano. Además, el aspecto innovador de esta investigación, ahora en su tercera actualización, reside en su compromiso de mantener actualizados los datos globales sobre emisiones de metano. Esto se logra integrando la mejor ciencia disponible y los datos de la comunidad científica , reuniendo a grupos clave que se centran en este gas de efecto invernadero crítico.

Los resultados resaltan no sólo la importancia del metano como factor influyente en el clima, sino también la necesidad de un enfoque unificado entre los científicos dedicados a abordar las causas y los impactos del calentamiento global.

Más información: Marielle Saunois et al., Presupuesto global de metano 2000-2020, Datos científicos del sistema terrestre (2025). DOI: 10.5194/essd-17-1873-2025