El cambio climático más allá del apocalipsis: por qué las imágenes del desastre no bastan para entender la crisis ambiental


Un estudio sugiere que la narrativa visual centrada en el cataclismo limita la comprensión pública del cambio climático y dificulta la acción colectiva.


Redacción Noticias de la Tierra


Cuando se habla de cambio climático, la mayoría de las personas visualiza el mismo conjunto de escenas: glaciares derritiéndose, islas que se hunden, mares que suben o tormentas de fuerza devastadora. Estas imágenes, repetidas en medios de comunicación, campañas y redes sociales, han definido el rostro simbólico de la crisis climática durante décadas. Sin embargo, un nuevo estudio advierte que esta narrativa visual —apocalíptica y centrada en la destrucción— podría estar agotando su poder comunicativo y obstaculizando la acción ciudadana.

Las imágenes del colapso y su efecto limitado

La investigación, publicada en Environmental Communication y comentada por el portal científico Phys.org, plantea una reflexión incómoda: ¿realmente las imágenes del desastre promueven la acción climática? Los autores sostienen que estas representaciones, aunque impactantes, refuerzan una visión pasiva y distante del cambio climático. Al presentar el fenómeno como algo inevitable, ajeno y global, la audiencia termina sintiéndose impotente o desconectada.

Los investigadores analizaron miles de fotografías y videos asociados al discurso climático global, especialmente aquellos difundidos en campañas institucionales y medios de comunicación. Su conclusión es clara: la insistencia en las imágenes apocalípticas genera “fatiga emocional” y un efecto de saturación visual, donde la tragedia pierde fuerza frente a la repetición.

En otras palabras, mostrar más destrucción no necesariamente impulsa más acción. Por el contrario, el exceso de dramatismo puede reducir la empatía y el compromiso, sobre todo en sociedades donde el impacto del calentamiento global todavía no se percibe de forma directa en la vida cotidiana.

Más allá del desastre: la necesidad de una nueva narrativa

Los científicos y comunicadores ambientales que participaron en el estudio proponen un cambio de enfoque. En lugar de retratar únicamente los efectos devastadores del cambio climático, sugieren mostrar historias de adaptación, innovación y esperanza, donde las comunidades actúan, se organizan y encuentran soluciones.

Este tipo de narrativa no niega la gravedad de la crisis, pero reconfigura el relato hacia la posibilidad de cambio. Al hacerlo, puede despertar el sentido de agencia y responsabilidad individual, dos componentes esenciales para impulsar transformaciones sostenibles.

Según los autores, “visualizar la acción” —por ejemplo, mostrar agricultores que restauran suelos, ciudades que adoptan energías limpias o jóvenes que impulsan proyectos de resiliencia— puede ser tan poderoso como mostrar la destrucción, pero con una consecuencia diferente: motiva en lugar de paralizar.

El peso simbólico de los glaciares y las islas que desaparecen

Desde los años noventa, las imágenes de glaciares que se derriten y pequeños atolones del Pacífico inundados por el mar se convirtieron en los íconos universales del cambio climático. Estas representaciones, fácilmente reconocibles y fotogénicas, permitieron simplificar un problema complejo y hacerlo visible para la opinión pública.

Sin embargo, el estudio señala que esta misma simplificación ha reducido la diversidad de experiencias y realidades climáticas. Mientras que en el Norte Global predominan las imágenes del hielo derritiéndose, en el Sur Global los impactos suelen ser sequías, desplazamientos humanos o pérdida de biodiversidad, pero estas realidades aparecen menos en la narrativa dominante.

Al privilegiar ciertos paisajes “heroicos” del desastre, el relato climático ha dejado fuera las dimensiones sociales y culturales del cambio climático, incluyendo la desigualdad, la pobreza y la justicia ambiental.

De la alarma al compromiso

El reto para la comunicación ambiental del siglo XXI no es solo alertar, sino inspirar acción colectiva. Los expertos insisten en que la información científica por sí sola no basta si no se acompaña de un mensaje emocionalmente constructivo. Las imágenes deben conectar con valores, aspiraciones y futuros posibles, no solo con el miedo.

Diversas iniciativas están intentando ya transformar esta lógica. Proyectos como Climate Visuals, impulsado por el Climate Outreach del Reino Unido, promueven la creación de bancos de imágenes éticas y representativas, donde las fotografías no se limitan a mostrar catástrofes, sino también soluciones humanas y resiliencia local.

La psicología de la percepción climática

El estudio también profundiza en la psicología de la percepción ambiental. Las personas tienden a reaccionar más intensamente ante amenazas cercanas y tangibles que ante problemas abstractos o de gran escala. Cuando el cambio climático se muestra como un fenómeno distante —“algo que ocurre en el Ártico o en el Pacífico”—, la mente humana lo procesa como una tragedia ajena.

En cambio, al visualizar escenas que incluyen personas reconocibles, comunidades o acciones cotidianas, la empatía se activa y el mensaje se percibe como relevante. En ese sentido, reconstruir la narrativa visual del clima implica humanizarla.

Repensar la comunicación ambiental

La conclusión general del estudio es que la crisis climática no solo es un problema físico o político, sino también comunicacional. Requiere nuevas formas de relato que conjuguen evidencia científica con imaginación colectiva. Mostrar solo la destrucción puede llevar a la indiferencia; mostrar la acción puede abrir camino a la transformación.

La clave, sostienen los autores, está en equilibrar la urgencia del mensaje con una visión de posibilidad. Si la gente no puede imaginar un futuro mejor, difícilmente trabajará por él.

Una nueva mirada sobre el futuro climático

El cambio climático sigue siendo una amenaza existencial, pero también una oportunidad para repensar la relación entre humanidad y naturaleza. En lugar de repetir los símbolos del colapso, la comunicación ambiental del futuro deberá mostrar rostros, manos y lugares en transformación, donde la cooperación y la innovación se conviertan en los nuevos íconos del siglo XXI.


Referencias:

  • Phys.org (2025). Apocalyptic images of glaciers and sinking islands won’t solve climate change, researchers warn.
  • Environmental Communication Journal (2025). Rethinking Climate Visuals: From Apocalypse to Agency.
  • Climate Outreach (2024). Climate Visuals: Evidence-Based Guidelines for Visual Climate Communication.