La Amazonia podría perder más de un tercio de su cobertura forestal para finales de siglo


Un nuevo estudio de LMU estima que los cambios en el uso de la tierra junto con el cambio climático podrían conducir a la pérdida de hasta el 38% de la selva amazónica para fines del siglo XXI.


por la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich


La Amazonia es la selva tropical más grande del mundo. Sus 5,5 millones de kilómetros cuadrados constituyen un foco de diversidad de especies, un hogar para comunidades indígenas y un motor para la acción climática. En biomasa y suelo, la selva tropical almacena una décima parte del carbono total de los ecosistemas terrestres.

Gracias a su enorme poder evaporativo , la selva amazónica absorbe la humedad del océano hacia el interior del país, donde las precipitaciones se evaporan y vuelven a caer constantemente. De esta manera, la selva se mantiene viva.

Sin embargo, esto también pone en riesgo la selva amazónica cuando las tierras cultivables y la ganadería se expanden a expensas de las áreas forestadas, y cuando el calentamiento global causa sequías y olas de calor en la cuenca del Amazonas.

Aunque ambos factores –el cambio de uso del suelo y el cambio climático– ya han causado daños progresivos, carecíamos de un conocimiento claro de cómo interactuaron y, sobre todo, de cómo evolucionarían las zonas forestales en el futuro.

Posibles puntos de inflexión y nuevas investigaciones

Lo más preocupante aquí son las transiciones abruptas de una densa cobertura forestal a un paisaje abierto similar a una sabana. Si esto ocurre a gran escala, podría crear un punto de inflexión en el que el ecosistema se perdería irremediablemente.

Un equipo dirigido por la geógrafa de la LMU Selma Bultan ha realizado el primer análisis para considerar sistemáticamente los efectos del cambio de uso de la tierra y el cambio climático en conjunto.

Los resultados se han publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias .

Modelado de la pérdida futura de bosques

Utilizando modelos del sistema terrestre con vegetación dinámica, los investigadores analizaron la deforestación en la cuenca del Amazonas entre 1950 y 2014 y pronosticaron una disminución futura bajo dos escenarios climáticos diferentes.

«Nuestro análisis muestra que hasta un 38% de la superficie forestal que existía en 1950 podría perderse para finales de siglo, de un 25% atribuible a cambios en el uso del suelo y un 13% al aumento de las temperaturas», explica Bultan.

«Esto nos llevaría más allá del umbral del 20% al 25%, que estudios anteriores advirtieron que era el punto de inflexión para la selva amazónica».

Urgencia de acción climática

Además, los análisis del equipo muestran que el riesgo de una pérdida abrupta de superficie forestal, a diferencia de una disminución gradual, aumenta significativamente cuando el calentamiento supera los 2,3 °C. «Con base en las políticas actuales y los compromisos firmes con la acción climática, nos encaminamos hacia un calentamiento global de al menos 2,5 °C», explica la coautora Julia Pongratz, profesora de Geografía Física y Sistemas de Uso del Suelo en la LMU.

Es necesario ampliar avances positivos, como la mayor protección de la selva tropical acordada en la conferencia climática de Belém, a la vez que intensificamos nuestra lucha contra el calentamiento global. El valor de la selva amazónica es inmenso como para arriesgar su existencia.

Más información: Selma Bultan et al., La selva amazónica enfrenta un grave declive bajo la doble presión del cambio climático antropogénico y el cambio de uso del suelo, Actas de la Academia Nacional de Ciencias (2025). DOI: 10.1073/pnas.2418813122