Contaminación por microplásticos: el enemigo invisible que invade suelos, aguas y alimentos


Durante años se pensó que la contaminación por plásticos era un problema casi exclusivo de los océanos. Imágenes de tortugas atrapadas en redes o aves marinas con estómagos llenos de desechos plásticos se convirtieron en símbolos del impacto humano sobre la naturaleza. Sin embargo, la ciencia ha revelado que el problema es mucho más amplio: los microplásticos —fragmentos menores de 5 milímetros— están presentes en suelos, aguas continentales, aire, alimentos e incluso en el cuerpo humano.


Redacción Noticias de la Tierra


Fuentes y vías de entrada de los microplásticos

Los microplásticos se originan por dos vías principales:

  • Microplásticos primarios: fabricados directamente con ese tamaño. Ejemplos son las microesferas usadas en cosméticos y exfoliantes, o los pellets industriales empleados como materia prima en la producción de plásticos.
  • Microplásticos secundarios: se forman por la fragmentación de plásticos mayores (bolsas, botellas, redes de pesca, textiles sintéticos) debido a la acción de la radiación ultravioleta, la abrasión mecánica y la degradación química.

La agricultura moderna es también un foco importante: el uso de films plásticos de acolchado, tuberías de riego y fertilizantes de liberación controlada recubiertos con polímeros generan residuos plásticos que terminan incorporándose al suelo. Asimismo, el riego con aguas residuales tratadas transporta fibras sintéticas desprendidas de la ropa durante el lavado.

Distribución ambiental

Contrario a lo que se creía, la mayor parte de los microplásticos no flota indefinidamente en el océano. Muchos se depositan en el fondo marino, mientras otros se dispersan por la atmósfera. Estudios han detectado microplásticos incluso en la nieve del Ártico y en lo alto de los Pirineos, lo que indica que se transportan a largas distancias por corrientes de aire.

En los ecosistemas terrestres, la acumulación es aún mayor que en los marinos: se calcula que los suelos agrícolas reciben una carga anual de entre 4 y 23 veces más microplásticos que los océanos debido al uso de lodos de depuradora como fertilizantes.

Impactos en organismos y ecosistemas

El efecto de los microplásticos va más allá de ser simples partículas inertes. Su superficie rugosa y cargada electrostáticamente actúa como esponja de contaminantes, adsorbiendo pesticidas, metales pesados y compuestos orgánicos persistentes. Esto multiplica su toxicidad cuando son ingeridos por organismos.

  • Plantas: investigaciones demuestran que las nanopartículas plásticas pueden penetrar por las raíces, afectar la fotosíntesis y alterar la absorción de nutrientes.
  • Fauna acuática y terrestre: lombrices de tierra expuestas a microplásticos muestran cambios en su comportamiento alimenticio y en su reproducción. Peces y crustáceos que los ingieren sufren inflamación intestinal, reducción en el crecimiento y alteraciones en el metabolismo.
  • Ser humano: microplásticos han sido encontrados en sangre, pulmones, placenta e incluso en leche materna. Aunque los efectos a largo plazo todavía se investigan, se sospecha que podrían estar relacionados con procesos inflamatorios, disrupciones endocrinas y riesgo cardiovascular.

Dimensión sanitaria y social

La presencia de microplásticos en agua potable y alimentos (sal de mesa, miel, cerveza, frutas y verduras) plantea un desafío de salud pública. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido más estudios, pero advierte que la magnitud de la exposición es preocupante.

En términos sociales, la contaminación plástica también agrava desigualdades: países con menor capacidad de gestión de residuos suelen ser los más afectados, y comunidades costeras o rurales ven comprometidos sus medios de subsistencia.

Estrategias para enfrentar el problema

Las soluciones requieren un enfoque integral que combine ciencia, política y cambios culturales:

  • Regulación: prohibición de microesferas plásticas en cosméticos, reducción progresiva de plásticos de un solo uso y límites al uso de films agrícolas no biodegradables.
  • Tecnología: desarrollo de enzimas y bacterias capaces de degradar plásticos. Recientemente se han identificado variantes de Ideonella sakaiensis con enzimas PETasas altamente eficientes.
  • Agricultura sostenible: sustitución de films plásticos por acolchados orgánicos o biodegradables, y fomento de prácticas agroecológicas.
  • Economía circular: incentivar el rediseño de materiales para que sean reutilizables y reciclables desde su concepción.
  • Educación y consumo responsable: campañas de reducción del plástico innecesario y promoción de alternativas como envases compostables.

La contaminación por microplásticos es invisible a simple vista, pero sus consecuencias son tangibles y crecientes. Su control no puede esperar, pues cada año que pasa se liberan millones de toneladas adicionales de plásticos al ambiente.


Referencias

  • Wang, J., et al. (2021). Microplastics in terrestrial ecosystems: A global perspective. Nature Reviews Earth & Environment, 2, 417–429.
  • UNEP (2022). From Pollution to Solution: A Global Assessment of Marine Litter and Plastic Pollution.
  • Ragusa, A., et al. (2021). Plasticenta: First evidence of microplastics in human placenta. Environment International, 146, 106274.