Los ecosistemas y las especies de todo el mundo natural están en serios problemas. La gran mayoría de los australianos quiere que el gobierno tome más medidas, pero no las está tomando.

Por Lily van Eeden, Liam Smith y Sarah Bekessy

Tomemos como ejemplo el compromiso del gobierno federal de poner fin a las extinciones a través de su plan Nature Positive. O pensemos en su promesa de reformar la legislación ambiental de Australia y crear un nuevo organismo regulador independiente. Los avances en ambos ámbitos han sido vacilantes.
La crisis de la biodiversidad exige un cambio sistémico en la relación de la humanidad con la naturaleza. Esto requiere una acción política audaz por parte de los gobiernos. Nuestra nueva investigación examinó cómo la gente común puede ayudar a lograrlo.
Recabamos información privilegiada de políticos, altos funcionarios públicos y defensores del medio ambiente. Los participantes vivían en Victoria, pero sus consejos tienen una aplicación más amplia.
Aquí presentamos una receta para lograr un cambio real y duradero para el mundo natural.
1. Prepárate para un largo viaje
El cambio puede llevar mucho tiempo. Hay que estar dispuesto y ser capaz de llevar a cabo el proceso. Como nos dijo un entrevistado del gobierno: «[El cambio] no se va a producir con un solo documento de investigación , una reunión o un evento, sino que va a ser una serie de cosas a lo largo de un período prolongado de tiempo».
Además, busque apoyo. Nuestros entrevistados nos dijeron que las campañas más exitosas suelen ocurrir cuando personas con ideas afines se unen. Esto brinda el apoyo social necesario para seguir adelante.
Recuerden, el cambio es posible. Como nos dijo un entrevistado del gobierno, esto es especialmente cierto en los distritos marginales, donde «una campaña constante y continua en todos los niveles» puede cambiar las cosas.
Es muy probable que cerca de tu casa haya un grupo comunitario que defienda la naturaleza. Estos grupos a veces se vinculan con grupos ambientalistas más grandes y mejor financiados para acceder a sus recursos y redes.
2. Conozca el sistema
Identifique a quién necesita influenciar. La persona que tiene el poder puede no ser un político, sino un funcionario público. O los funcionarios públicos pueden movilizarse por una causa internamente, a veces asociándose con grupos comunitarios .
¿Cómo se puede encontrar a esta persona clave? Construir redes. Comience a hablar con personas de su comunidad y conozca a sus representantes electos locales. Descubra qué les preocupa y presente su mensaje de manera que atraiga sus valores y preocupaciones.
Un entrevistado nos dijo que los grupos comunitarios se beneficiarían de saber más sobre cómo funciona el sistema: «¿Cuáles son las cosas que realmente pueden cambiar? […] Los miembros de la comunidad pueden ser un poco agresivos al intentar superar su desafío sin entender por qué han sido ignorados en el pasado, o sienten que han sido ignorados».
Como nos dijo otro entrevistado del gobierno: «La gente no ve cuánto poder tiene si simplemente usa su voz y la usa de manera constructiva».
3. Sea estratégico
Elija si desea trabajar con el gobierno o desafiarlo públicamente.
Los defensores del medio ambiente pueden trabajar junto con los gobiernos para diseñar soluciones en conjunto. Por ejemplo, un grupo comunitario podría trabajar con su consejo local para diseñar e implementar la gestión de una reserva forestal. Los grandes grupos ambientales no gubernamentales suelen trabajar de esta manera, apoyándose en relaciones sólidas con funcionarios del gobierno para lograr cambios.
La estrategia opuesta es la de un «externo», que, en el extremo, podría incluir la interrupción física de la industria. Piense en encadenarse a un árbol en un bosque destinado a la tala de árboles o en embestir un barco contra un buque ballenero comercial.
Un enfoque menos extremo podría ser intentar llevar su tema a los medios para generar interés público y lograr que algo se incluya en la agenda política.
Ambos enfoques tienen sus méritos en el contexto adecuado. Como nos dijo un miembro del personal de un grupo ambientalista:
«Nos vamos a poner los trajes […] y no vamos a escalar sus edificios ni a divulgar a los medios la información confidencial que nos han dado […] No juzgo a los que tienen esa teoría del cambio, porque necesitamos ambas, necesitamos una defensa realmente extrema para hacernos parecer convencionales, medianos y razonables».
4. Aprovecha el momento
Identifique cuándo su labor de promoción podría ser más eficaz. Puede ser una próxima elección o un presupuesto, o cuando se esté revisando una política.
O puede ser algo menos predecible, como un incendio forestal, una inundación u otro desastre ambiental. En esos casos, las cuestiones de conservación de la naturaleza aparecen de repente en todos los medios de comunicación. Puede ser una oportunidad para un cambio real.
Los defensores eficaces saben cómo identificar, crear y estar preparados para estas oportunidades. Como nos dijo un miembro del personal de un grupo ambientalista:
«Algunas organizaciones hablan de hacer cambios, pero es un ejercicio más difícil. A menudo se trata de atrapar la ola de algo más o de esperar la oportunidad».
Las próximas elecciones federales son una de esas oportunidades. El período previo es un buen momento para defender la naturaleza. Hable con su político local y sus competidores sobre el cambio que desea ver.
Si no nosotros, ¿quién?
Se trata de medidas que han demostrado su eficacia y que se pueden utilizar para lograr cambios positivos en las políticas ambientales, pero hay que recordar que el sistema es dinámico y que surgirán nuevos métodos y enfoques a medida que evolucionen las tecnologías, los modos de comunicación y otros factores.
Sin embargo, los gobiernos son un elemento permanente del sistema y pueden beneficiarse políticamente si interactúan con la comunidad y los grupos de apoyo, por lo que existe un enorme potencial para que la gente común realmente haga una diferencia.
Las crisis ambientales pueden parecer abrumadoras, pero podemos –y debemos– intentar marcar una diferencia. Porque, como dice el viejo refrán: si no somos nosotros, ¿quién? Y si no es ahora, ¿cuándo?
Este artículo se publica nuevamente en The Conversation bajo una licencia Creative Commons. Lea el artículo original.
