En 2024, la Agencia Europea de Medio ambiente publicó el informe titulado El estado del agua en Europa 2024: la necesidad de mejorar la resiliencia hídrica, en el que se identifican los tres retos a los que se enfrenta la gestión europea del agua en el futuro: proteger y restaurar los ecosistemas acuáticos; alcanzar la contaminación cero, y adaptarse a la escasez de agua y a los riesgos de sequía e inundaciones.

María Gema Parra Anguita, Universidad de Jaén
Ese informe evidencia el fracaso en la protección de los sistemas acuáticos en Europa, ya que sólo el 29 % de las aguas superficiales muestran un buen estado según la Directiva Marco del Agua. Alerta, además, del impacto de distintas sustancias químicas, procedente de actividades humanas.
De hecho, la humanidad ha rebasado otro límite planetario: el relacionado con los contaminantes emergentes, esas sustancias químicas que no se incluyen en los actuales sistemas de evaluación –sistemas que, por otro lado, no tienen en cuenta los efectos de las mezclas químicas–.
Fármacos en el medio acuático
Con más de 3 000 principios activos en el mercado europeo, sabemos que en los últimos 20 años la concentración de medicamentos en los sistemas acuáticos ha aumentado. Esto puede ser debido al uso generalizado de fármacos de uso humano y veterinario, y a que parte de ellos son excretados por el organismo.
Es paradójico pensar que una actividad tan importante y necesaria como es el cuidado de nuestra salud suponga una pérdida de la salud de los ecosistemas.
Soluciones basadas en la naturaleza
La disminución de la biodiversidad acuática es una clara consecuencia de la baja calidad del agua. Por ello, están demandando con urgencia planes de recuperación que prioricen las acciones que puedan mejorar esa calidad, como las Soluciones Basadas en la Naturaleza (SbN).
Las SbN pueden dar respuesta a desafíos como la gestión del agua, la protección frente a inundaciones o la lucha contra el cambio climático.
Humedales flotantes
Respecto a la mejora de la calidad del agua y la reducción de la contaminación, los humedales artificiales son SbN que permiten la protección de los sistemas acuáticos y cuya eficacia ha sido constatada en muy diversas experiencias y situaciones. Desde el proyecto NBSPRO-TE, pretendemos luchar frente a la contaminación por medicamentos utilizando humedales flotantes. El objetivo es apoyar a las plantas de tratamiento de aguas residuales (EDAR), que no tienen capacidad para retirar contaminantes emergentes.

Las innovaciones propuestas mejoran la labor de los humedales con macrófitos –plantas acuáticas– flotantes mediante el uso de materiales adsorbentes como el biocarbón. Con esta mejora, se ha conseguido una retirada global de medicamentos del 55 % en un tiempo estándar en el funcionamiento de estos sistemas.
También hemos evaluado su eficiencia con un enfoque ecotoxicológico, analizando hasta qué punto nuestras SbN han sido capaces de reducir el efecto del “cóctel tóxico” de medicamentos sobre los organismos acuáticos.
En nuestros ensayos, hemos utilizado el organismo zooplanctónico Daphnia magna y hemos observado que su comportamiento de escape frente a contaminantes queda alterado. Bajo esas condiciones, los individuos pueden intentar escapar de las zonas contaminadas a las que no lo están, o por el contrario, estar incapacitados para la huida.
Ese comportamiento de huida podría afectar a la distribución espacial de los individuos, provocando extinción local de algunas especies y la consiguiente repercusión en el funcionamiento del ecosistema.

Sin embargo, con el agua que pasa por el humedal flotante con biocarbón, la Daphnia se comportaba de forma normal, como si estuviera en un medio óptimo. Por tanto, las SbN que hemos testado permiten reducir el riesgo toxicológico de los vertidos de aguas residuales al medio natural. Así, podemos combatir la contaminación de los medicamentos desde su origen, antes de que llegue a los sistemas acuáticos.
Mejora de la regulación
Según el Enfoque estratégico en materia de productos farmacéuticos en el medio ambiente, en los próximos años habrá un incremento en el uso de medicamentos, en parte por el envejecimiento de la población europea. Esto se unirá a la disminución de la cantidad y de la calidad de los recursos hídricos debido al cambio climático, representando uno de los mayores retos para la sociedad. Hay que pensar en estrategias para reducir el impacto, y las SbN pueden ser nuestras aliadas.

Por otro lado, desde la Comisión Europea se pretende mejorar la Directiva Marco del Agua y actualizar las listas de sustancias, así como los umbrales legales, con una propuesta que incluye los productos farmacéuticos y otras sustancias. Esto obligará a los Estados miembros a controlar su presencia en el agua, por lo que serán necesarias todas las soluciones posibles.
Con la implementación de soluciones basadas en la naturaleza y la apuesta por nuevas regulaciones (con nuevas listas y umbrales legales) podrían darse las condiciones adecuadas para conseguir una mejora en la calidad de las aguas en Europa, lo que definitivamente se traduciría en la recuperación de los hábitats. La vida ya se encargará entonces de llenarlos.
María Gema Parra Anguita, Investigadora en el Departamento de Biología Animal, Biología Vegetal y Ecología., Universidad de Jaén
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
