En nuestro planeta, en cualquier momento, miles de millones de animales se desplazan. Desde aves migratorias, insectos, mamíferos marinos y tiburones que conectan continentes y mares distantes, hasta abejas y otros insectos que polinizan nuestros cultivos, pasando por animales de pastoreo que deambulan por las llanuras, y zorros y erizos que visitan los huertos urbanos.

Comprender las complejidades de cómo y por qué se desplazan los animales es vital. Puede contribuir a la conservación de las especies, pero también a la protección de los ecosistemas en general, de nuestro medio ambiente y de los numerosos servicios que estos prestan al bienestar humano.
El estudio del movimiento animal ha experimentado un rápido crecimiento en las últimas décadas. La mayoría de los movimientos animales pasan desapercibidos para los humanos, pero mediante la tecnología (radiorastreo, GPS, etiquetas satelitales, sensores tipo Fitbit, radar) podemos registrarlos con un nivel de detalle impresionante. Cada año se registran miles de millones de datos nuevos y se analizan mediante métodos estadísticos y matemáticos cada vez más sofisticados.
Sin embargo, gran parte de este trabajo todavía se centra en describir y comprender los patrones actuales, en lugar de predecir movimientos futuros.
El problema es que utilizar el pasado y el presente como guía será de utilidad limitada dada la rapidez con la que están cambiando los entornos, debido a los nuevos patrones de uso de la tierra, el cambio climático y los cambios en la población humana.
Aquí es donde entra en juego la nueva investigación. Establece un marco que puede ayudar a los científicos a ofrecer predicciones más sólidas en condiciones ambientales que cambian rápidamente.
Publicada en el Journal of Animal Ecology , la investigación ha sido realizada por un equipo internacional, formado durante una reunión anual del grupo Movement Ecology de la British Ecological Society, dirigido por el profesor Luca Börger del Departamento de Biociencias de la Universidad de Swansea y dos exalumnas del departamento, Sara Gomez y la Dra. Holly English, que ahora son investigadoras en el CNRS en Montpellier (Francia) y el University College de Dublín (Irlanda), respectivamente.
Cebra (Equus burchellii) con collar GPS en el Parque Nacional Hluhluwe, Sudáfrica. Las tecnologías de rastreo han mejorado considerablemente en las últimas décadas, lo que permite a los investigadores seguir los movimientos de los animales en libertad y comprender mejor su uso del paisaje modificado por el hombre. Crédito: Sara Gomez, CEFE-CNRS, Universidad de Montpellier.
Elefante africano (Loxodonta loxodonta) caminando por una carretera en el Parque Nacional Hluhluwe, Sudáfrica. Los elefantes pueden recorrer decenas de kilómetros al día en la sabana. Debido a que facilitan el desplazamiento, las carreteras son utilizadas frecuentemente por los elefantes y, en última instancia, condicionan sus movimientos y su distribución en el paisaje. Crédito: Sara Gomez, CEFE-CNRS, Universidad de Montpellier.
En el trabajo de investigación, el equipo expuso la gama completa de cambios ambientales inducidos por el ser humano y analizó cómo impactan e impulsan los desplazamientos de los animales. Estos incluyen cambios climáticos generales, como el calentamiento de los océanos, así como impactos más específicos como la urbanización, la construcción, la contaminación lumínica , los derrames de petróleo y las especies invasoras.
Destacan cómo los científicos necesitan cambiar las formas en que recopilan y modelan datos, con el fin de desarrollar mejores predicciones sobre cómo se mueven los animales en paisajes cambiantes, y cómo esto se puede utilizar para diseñar mejores acciones y políticas de conservación.
La autora principal, Sara Gómez, del CNRS (Centro Nacional de Investigación Científica) de Montpellier, afirmó: «Para predecir hacia dónde se moverán los animales en entornos que cambian rápidamente, no podemos basarnos en enfoques correlativos. Debemos incorporar mecanismos biológicos en nuestros modelos, comenzando por los primeros principios de los movimientos y la toma de decisiones de los animales, y desarrollar modelos adecuados para sistemas dinámicos».
«También debemos aumentar el número de especies diferentes estudiadas y registrar sus movimientos también en entornos dominados por el hombre y no solo en áreas naturales más tranquilas».
La Dra. Holly English, codirectora del University College de Dublín, afirmó: «Esto no se limita a intereses científicos. Analizamos los desafíos y las oportunidades de incorporar estas predicciones en una gestión y unas políticas de vida silvestre más eficaces. Ofrecemos ejemplos de programas de conservación, como la reintroducción de especies silvestres y las translocaciones, que ofrecen oportunidades emocionantes, aunque poco aprovechadas, para recopilar datos de entornos novedosos y poner a prueba las predicciones de nuestros modelos».
El profesor Luca Borger, del departamento de biociencias de la Universidad de Swansea e investigador principal, afirmó: «Los movimientos de los animales afectan fundamentalmente los procesos ecosistémicos. Sin embargo, la investigación actual en este campo no aborda uno de los problemas más acuciantes que enfrentamos: predecir dónde y cuándo se moverán los animales en entornos rápidamente cambiantes o «novedosos».
Creemos que nos encontramos en un momento emocionante que nos permite lograr una transformación crucial en nuestro campo, de una ciencia descriptiva a una predictiva, tan necesaria en el acelerado cambio global actual.
Más información: Sara Gómez et al., Comprensión y predicción de los movimientos y distribuciones animales en el Antropoceno, Journal of Animal Ecology (2025). DOI: 10.1111/1365-2656.70040
