Próxima glaciación o calentamiento global, ¿en qué quedamos?


Vivimos tiempos en los que la información fluye a nuestro alrededor tan abrumadoramente que no somos capaces de captar las ideas importantes y centrales de los mensajes. Sobre todo de los más complicados, como los científicos. El exceso de información produce, a veces, confusión.


José Manuel Vaquero, Universidad de Extremadura


Hace unos días, las palabras de un usuario de Twitter me llamaron enormemente la atención. Decía que no podía creerse el calentamiento global porque un amigo suyo, científico, le había dicho que estaba claro que íbamos hacia la próxima glaciación. Parece una paradoja que vayamos hacia una próxima glaciación y que nos encontremos inmersos en un proceso de calentamiento global.

Los científicos estamos convencidos de estos dos hechos y no hay ninguna contradicción en ello, porque la clave está en las escalas de tiempo. Los humanos nos hacemos un lío cuando pasamos de pensar en decenas de años a pensar en decenas de miles de años. Y ahí está la clave.

Nos resulta difícil acostumbrarnos a los grandes números. A los alumnos siempre les cuento mi “regla del 5”. La edad de la Tierra, nuestro planeta, es 5 mil millones de años. Los homínidos llevamos sobre la faz de la Tierra 5 millones de años. Y llevamos de historia (escritura, civilizaciones) solo 5 mil años. Todos son “cincos”, muy aproximados, pero en escalas de tiempo muy diferentes.

En definitiva, llevamos viviendo en nuestro planeta una cantidad insignificante de tiempo comparada con la edad que tiene. En sus miles de millones de años de existencia el clima de la Tierra ha variado enormemente.

La edad de hielo

En la historia más reciente de la Tierra, el clima ha variado notoriamente en periodos llamados glaciaciones, en los que el planeta quedó casi cubierto de hielo.

En medio de estos periodos de glaciaciones, tenemos periodos interglaciares. La figura 1 nos muestra la evolución durante los últimos 400 000 años de la temperatura de la Antártida (línea roja). Vemos una característica forma de dientes de sierra: rápidas subidas y lentas bajadas.

Figura 1. Evolución durante los últimos 400 000 años de la concentración de CO2 en la atmósfera terrestre (línea azul) y la temperatura de la Antártida (línea roja). Lüthi et al. (2008, Nature, 453, 379-382) y Jouzel et al. (2007, Science, 317, 793-797)., Author provided

Imaginemos que estamos en un periodo glacial. La temperatura es muy baja, la Tierra está llena de hielo y, de repente, la temperatura sube rápidamente. Habremos llegado a un periodo interglaciar. Podemos ver en la figura 1 que entonces la temperatura va, poco a poco, bajando.

Así, al cabo de muchos miles de años (el ciclo tiene típicamente unos 100 000 años) estamos de nuevo en una glaciación. Y el ciclo vuelve a repetirse. Una gran parte de las variaciones de nuestro clima a estas escalas de tiempo es debida a los lentos cambios en la órbita del planeta alrededor del Sol, idea que propuso Milanković en la primera mitad del siglo XX.

Hoy en día estamos en un periodo interglaciar. Llevamos unos pocos miles de años con un planeta que no está lleno de hielo. Los científicos llamamos “Holoceno” a este periodo. En él han aparecido la agricultura, las primeras grandes civilizaciones y nuestra historia hasta el día de hoy. Todo parece indicar que la dinámica del planeta continuará y la temperatura media de la Tierra irá decreciendo poco a poco hacia el próximo periodo glacial. ¡Pero recordemos que este ciclo dura unos 100 000 años! Es decir, no va a ocurrir una glaciación este siglo, ni el milenio que viene. Ocurrirá en una escala de tiempo excepcional que se nos escapa, acostumbrados a la duración de una vida humana.

Pero en la historia superreciente del clima de la Tierra ha ocurrido algo excepcional. Los científicos llevamos décadas diciendo que estamos observando un calentamiento anómalo, no natural. Y hemos encontrado la causa: estamos emitiendo gases de efecto invernadero. Es decir, estamos haciendo un gran experimento con nuestro planeta.

De hecho, todo cuadra, porque si miramos la figura 1 podremos ver cómo la temperatura y la cantidad de gases de efecto invernadero (línea azul) siguen exactamente el mismo patrón de diente de sierra a lo largo de los milenios. ¡Cuidado! La estrella azul indica la concentración actual de CO₂, uno de los gases de efecto invernadero, por encima de las 400 partes por millón, un valor totalmente antinatural en la historia reciente de nuestro planeta.

No sabemos exactamente qué ocurrirá con el clima de la Tierra en las próximas décadas porque dependerá de lo que seamos capaces nosotros mismos (emitir más o menos gases de efecto invernadero). Ya estamos inmersos en el calentamiento global y el ciclo de glaciaciones y periodos interglaciares continuará, aunque las escalas de tiempo de cada fenómeno son absolutamente incomparables.

José Manuel Vaquero, Catedrático de Física de la Tierra, Universidad de Extremadura, Universidad de Extremadura

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.