El patrimonio cultural: ¿ayuda o obstáculo para la adaptación climática moderna?


¿Cómo puede el patrimonio cultural aprovecharse como recurso para la adaptación climática? Teresa Erbach, del Instituto de Investigación para la Sostenibilidad (RIFS) del GFZ, aborda esta cuestión en su estudio recién publicado, que analiza el patrimonio cultural y las funciones que puede desempeñar en este contexto.


Por Sabine Letz, Instituto de Investigación para la Sostenibilidad de Potsdam


Cada vez es más evidente que el patrimonio cultural no solo se ve amenazado por el cambio climático, sino que también representa un recurso para la adaptación climática . Ya en el Antiguo Egipto se crearon diques artificiales, y los sistemas de drenaje de la época micénica aún se utilizan en la actualidad. En la zona del Mar del Norte, la construcción de infraestructuras para la gestión del agua comenzó alrededor del año 1000 d. C., aunque incluso antes se desarrollaron diversas estrategias para afrontar las inundaciones recurrentes.

Durante siglos, por ejemplo, los asentamientos solo se construían en terrenos naturalmente elevados o sobre montículos artificiales, y se reservaba espacio para las inundaciones. Estos escasos ejemplos de infraestructura y estrategias ilustran estructuras, técnicas y prácticas que ahora se han integrado en un paradigma integral para mitigar los riesgos de inundación en el siglo XXI.

En el nuevo estudio «Uso del patrimonio cultural en la adaptación climática: Campos de aplicación y funciones», el investigador de RIFS, Erbach, se basa en casos como estos para categorizar las contribuciones del patrimonio cultural en múltiples campos de la adaptación climática. Las funciones beneficiosas que desempeña el patrimonio cultural pueden ser informativas, sociales, económicas o estéticas. La relevancia de cada función varía según el campo.

La investigación se publica en la revista WIREs Climate Change .

Ámbitos de actuación en materia de adaptación climática y funciones del patrimonio cultural en cada ámbito:

  • La categoría de entorno construido e ingenierizado incluye grandes proyectos de infraestructura, como diques y malecones contra inundaciones, así como pequeñas estructuras como casas flotantes. La integración del patrimonio cultural en las acciones de adaptación en este campo puede tener una función informativa, ya que el análisis de edificios e infraestructuras históricas proporciona conocimiento sobre la construcción adaptativa al clima. Al considerar el patrimonio cultural durante la configuración de paisajes, se facilita la adaptación a la pérdida del entorno familiar o al cambio, este patrimonio cumple una función emocional. La reutilización de estructuras históricas, como los canales, también cumple funciones económicas. Finalmente, las funciones estéticas entran en juego cuando la integración del patrimonio cultural potencia los procesos de transformación de paisajes.
  • La categoría de opciones tecnológicas y basadas en los ecosistemas incluye diversas acciones de adaptación en el ámbito de la agricultura, nuevas tecnologías de monitoreo de riesgos y enfoques basados en los ecosistemas, como la protección de la infraestructura costera con manglares y marismas. En este campo, también, las cuatro funciones están activas. El patrimonio cultural tiene beneficios informativos, por ejemplo, cuando el conocimiento indígena apoya la gestión de la tierra adaptada al clima. Los beneficios sociales y emocionales pueden resultar de esfuerzos como el empleo o la reactivación de prácticas agrícolas de maneras que consideren sus componentes culturales y puedan fomentar la identidad cultural y la cohesión social . El patrimonio cultural puede generar beneficios económicos cuando, por ejemplo, las técnicas tradicionales permiten la creación de ingresos mediante la agricultura o el turismo. Finalmente, los factores estéticos pueden ser relevantes cuando dichas prácticas aumentan el atractivo cultural o sensorial de un paisaje.
  • El campo de la adaptación, dentro de las opciones de comportamiento, abarca los pasos mediante los cuales los seres humanos se adaptan al cambio en lugar de buscar adaptar su entorno. Esto puede incluir medidas de preparación para emergencias a nivel doméstico, esfuerzos para diversificar los medios de vida, la migración y el desarrollo de comunidades sociales resilientes. Esto implica tres funciones del patrimonio cultural: puede funcionar de manera informativa cuando apoya tareas como el proceso de determinar las necesidades y prioridades de los grupos de población afectados por la planificación de la reubicación de una manera holística y culturalmente sensible. Las funciones emocionales entran en juego cuando se utilizan prácticas culturales para apoyar el procesamiento emocional de la pérdida o el cambio. Los recursos culturales pueden generar beneficios económicos, por ejemplo, cuando recursos culturales como la artesanía tradicional proporcionan a las personas que han sido reasentadas una fuente de ingresos.
  • La categoría de adaptación de la educación abarca diversas formas de aprendizaje sobre la gestión de los riesgos y cambios derivados del cambio climático. El patrimonio cultural cumple dos funciones en este ámbito: puede utilizarse con fines informativos, como cuando las canciones tradicionales comunican normas para mitigar los riesgos de los desastres naturales. También tiene una dimensión emocional, por ejemplo, en enfoques innovadores que se basan en el patrimonio cultural como recurso para afrontar la pérdida y el cambio.
  • El campo de las estrategias de información abarca principalmente los sistemas de alerta temprana para detectar amenazas ambientales. Ejemplos de acciones de adaptación relevantes en esta categoría incluyen el monitoreo sistemático y el mapeo de vulnerabilidades. Hasta ahora, la principal función del patrimonio cultural en este campo ha sido informativa. El análisis de los procesos de adaptación climática del pasado, a veces incluso de hace miles de años, ha generado conocimiento sobre los desafíos actuales de la adaptación y los prerrequisitos para el éxito.

En última instancia, coexisten diferentes enfoques para integrar el patrimonio cultural en los procesos de adaptación climática. Una corriente de pensamiento se centra en la preservación del patrimonio cultural en sus diversas formas, ya sea en relación con las técnicas tradicionales o aprovechando las prácticas culturales existentes para fortalecer la resiliencia de las comunidades. Otros académicos destacan la importancia de adoptar enfoques nuevos y creativos para abordar proactivamente el cambio y la pérdida del patrimonio cultural.Selección de literatura. Crédito: WIREs Climate Change (2025). DOI: 10.1002/wcc.70011

La brecha Norte-Sur

También merecen atención las diferencias entre los ejemplos del Norte Global y del Sur Global. La importancia de integrar el patrimonio cultural en la planificación de infraestructuras de protección climática solo se debate en el norte de Europa, por ejemplo. Las peticiones de que se tengan en cuenta los aspectos estéticos y emocionales en la creación de dichas infraestructuras parecen ser audibles solo en los países de altos ingresos. Al mismo tiempo, las formas de adaptación que requieren cambios de comportamiento a nivel individual parecen debatirse principalmente en los países de bajos ingresos.

La adaptación climática como desafío político

No existe una respuesta universal a la pregunta de si el patrimonio cultural es un recurso para mejorar la preparación climática o un obstáculo. En todos los casos, la respuesta depende de valores, de las distintas percepciones de la adaptación climática y de consideraciones culturales y morales, como observa Erbach.

La adaptación climática está estrechamente vinculada a la cuestión de qué vale la pena preservar y a la de qué herramientas culturales y tecnológicas son razonables y deben implementarse. Dado que esto también implica cuestiones de distribución de recursos y desigualdad social que se reflejan en las estrategias de adaptación y se ven reforzadas por ellas, las estrategias de adaptación climática deben negociarse dentro de la sociedad, señala Erbach.

De este modo, el área de intersección entre el patrimonio cultural y la adaptación climática resalta no sólo la dimensión cultural sino también la política de la adaptación climática.

Más información: Teresa Erbach, Uso del patrimonio cultural en la adaptación climática: Campos de aplicación y funciones, WIREs Climate Change (2025). DOI: 10.1002/wcc.70011