Más allá de abejas y mariposas diurnas: los servicios que prestan de noche y por qué la contaminación lumínica las amenaza
Redacción Noticias de la Tierra
Un servicio ecosistémico que ocurre mientras dormimos
Las polillas nocturnas visitan flores cuando cesa el calor y el viento amaina. En paisajes agrícolas, conectan parches florales dispersos y transportan polen a distancias que complementan la actividad diurna de abejas y sírfidos. Al “repartir” la polinización en el tiempo, aumentan la estabilidad del servicio: si falla un grupo en el día, el otro puede compensar por la noche.
Evidencias en campo y laboratorio
Estudios con trampas de luz controlada, análisis de polen adherido y seguimiento en mosaicos agrícolas demuestran que las polillas contribuyen a la fecundación de plantas silvestres y, en ciertos casos, cultivos aromáticos, frutales y hortalizas de floración vespertina. El aporte no es siempre masivo, pero suele ser decisivo en paisajes simplificados.
La sombra de la luz: contaminación lumínica
La iluminación artificial nocturna desorienta a las polillas, altera sus rutas y reduce visitas florales. Cambios sencillos —luminarias apantalladas, horarios limitados, temperaturas de color cálidas— reducen impactos sin comprometer seguridad. Restaurar setos florales y márgenes con floración escalonada provee alimento y refugio.
Qué puede hacer el municipio y qué puede hacer el agricultor
Municipios: ordenanzas de iluminación eficiente, corredores oscuros en áreas críticas para polinizadores, y campañas de “noches estrelladas” en temporadas de floración. Agricultores: manejo de márgenes sin agroquímicos en floración, siembras de cobertura con especies melíferas, reducción de luz directa en galpones hacia parcelas y coordinación con vecinos para apagar luces innecesarias.
Referencias
Royal Society/Biology Letters; Nature Communications; University of Sussex (contaminación lumínica y polinizadores)
