Reforestar las zonas de recarga hídrica para enfrentar el cambio climático en el occidente de Nicaragua.


Por José Armando González


Son las 12:30 del mediodía, el sol está fuerte en San Francisco del Norte, Chinandega, propio de los meses de marzo y abril, pero más intenso que en años anteriores. Zaira Álvarez y German Laínez de la Asociación para el Desarrollo del Norte de Chinandega (ADENOCH), revisan por última vez sus mochilas, miran si llevan todos los materiales para realizar una de las primeras charlas de sensibilización sobre conservación de zonas de recarga hídrica en el occidente de Nicaragua.

A las 12:50 pm salen de las oficinas de ADENOCH, con marcadores y papelones en mano, hacia la comunidad Paso Hondo del municipio de Santo Tomás del Norte, a unos 22 km de la comunidad El Nancital No.2. A la 1:30 pm llegan a la casa del productor Danilo Ríos, lugar dónde se realizará la actividad.

ADENOCH y Amigos de la Tierra España, con la financiación del Fondo Galego y el Gobierno de las Islas Baleares, desarrollaron una serie de actividades educativas donde abordaron temas como la conservación de las zonas de recarga hídricas y los efectos del cambio climático que afectan de manera directa la disponibilidad de agua en los pozos para el consumo humano, los animales y los cultivos.

Estudiantes y maestros de primaria, productores y padres de familia, procedentes de las comunidades Paso Hondo, La Unión, Los Arados, La Danta, Las Pozas, de los municipios San Francisco del Norte, San Pedro del Norte, Santo Tomás del Norte, Cinco Pinos y Somotillo, fueron los beneficiados.

“Logramos llegar a 50 estudiantes de educación primaria entre los 10 y 12 años de edad, maestros, padres de familia y a 80 productoras/es, quienes al realizar un sondeo de conocimiento no habían abordado estos temas antes, algunos no conocían de las zonas de recarga hídrica en su comunidad ni las fuentes de agua que están en riesgo de secarse por completo”, dijo Álvarez.

Las actividades educativas fueron coordinadas con el Ministerio de Educación (MINED) y las Alcaldías de San Francisco del Norte, Santo Tomás del Norte, San Pedro del Norte, Cinco Pinos y Somotillo.

A cada uno de los participantes le entregaron libretas, camisetas y folletos alusivos a la conservación de los recursos hídricos.

Los efectos del cambio climático se resienten

Actualmente las comunidades enfrentan serios problemas de acceso al agua en cantidad y calidad, acrecentándose más durante los meses de marzo y abril, donde los pozos familiares y comunales tienen agua solo para el consumo humano de manera racionada, obligándolos a buscar más agua para el lavado de ropa en otras comunidades cercanas.

El ganado debe ir a beber agua a las pocas quebradas que existen aún, pero que corren el riesgo de secarse; como muchas que fueron de gran caudal y ahora solo quedaron piedras.

Enrique Sánchez, productor de la comunidad La Unión de San Pedro del Norte, dijo durante una de las charlas que “el cambio climático es lo que estamos sintiendo, padeciendo. Estos cambios de temperatura que son muy fuertes, es parte de la deforestación, que nosotros como campesinos no hemos aprendido a cuidar nuestros árboles, nuestras fuentes de vida, como son las cuencas, donde nace el agua”. 

Sin embargo, Paso Hondo y La Danta son comunidades que se han dedicado a reforestar y a conservar el bosque desde hace algunos años atrás, pues están claros que deben cuidar los recursos naturales. La Danta ha destinado unas 1,000 manzanas de bosque para producir oxígeno, usando por años el sistema agroforestal Quesungual; el que ha traído grandes beneficios a la comunidad, al bosque, el suelo y el agua. Una experiencia que pueden replicar las comunidades vecinas.

Establecer viveros forestales y frutales para enfrentar el cambio climático

Para dar respuesta a una de las principales necesidades de las zonas de recarga hídrica, se establecieron cuatro viveros y se formaron a 45 productores (64 % mujeres) de las comunidades de Las Lajitas, El Pavón y El Naranjo, con el apoyo de la Delegación del INAFOR en Chinandega y la coordinación con los viveros municipales de las Alcaldías de San Francisco del Norte, Santo Tomás del Norte, San Pedro del Norte y Cinco Pinos.

Durante la formación, los asistentes aprendieron sobre el establecimiento de viveros, llenado de bolsas de manera rápida, clasificación de semillas, elaboración de sustratos y reforestación con árboles frutales. También, contó con la participación de los técnicos de ADENOCH y las Unidades Ambientales Municipales de las alcaldías del norte de Chinandega.

Los viveros, que producirán 12 mil plantas, se establecieron en zonas con disponibilidad de agua como El Naranjo en San Francisco del Norte, El Pavón en Cinco Pinos, La Unión en San Pedro del Norte, y Paso Hondo en Santo Tomás.

Las plantas forestales y frutales serán plantadas en las zonas de recarga hídrica qué necesiten recuperarse con apoyo de los productores.


José Armando González es colaborador destacado de Noticias de la Tierra

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