Un nuevo estudio publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias revela el potencial transformador de las políticas que favorecen el desplazamiento a pie y en bicicleta en ciudades de todo el mundo. Realizado por investigadores de la UCLA y Google, el estudio analizó datos de viajes de más de 11 500 ciudades de 121 países, lo que lo convierte en la evaluación global más completa hasta la fecha sobre el transporte activo, es decir, el potencial de caminar o andar en bicicleta.
por Claudia Bustamante y Jordan Grimaldi, Universidad de California, Los Ángeles
Los hallazgos muestran que el aumento de la densidad y el rediseño de las calles para que los desplazamientos activos sean más seguros y cómodos son los predictores más sólidos de un alto índice de peatones y ciclistas. Si cada ciudad ampliara su red de carriles bici y rediseñara sus calles para asemejarse a la de Copenhague (Dinamarca), el índice global de peatones y ciclistas aumentaría en 663 000 millones de kilómetros (412 000 millones de millas) al año, lo que se traduciría en una reducción estimada del 6 % en las emisiones globales de carbono y en beneficios para la salud por valor de 435 millones de dólares. Estas políticas para promover el peatón y el ciclismo también pueden reducir las muertes por accidentes de tráfico, la contaminación atmosférica y el estrés vial.
Adam Millard-Ball, autor principal y director del Instituto de Estudios de Transporte de la UCLA, destacó cómo las decisiones de planificación local dan forma a la forma en que viaja la gente.
La forma en que las ciudades diseñan sus calles influye fundamentalmente en la forma en que las personas se desplazan, especialmente en trayectos cortos. ¿Hay aceras? ¿Carriles bici? ¿Qué ancho tienen los carriles de circulación? —preguntó Millard-Ball—. En este estudio, demostramos que estas decisiones de planificación aparentemente locales, tomadas en miles de ciudades de todo el mundo, pueden, en conjunto, impulsar cambios importantes en los resultados climáticos globales.
Beneficios de las instalaciones para bicicletas en términos de gases de efecto invernadero
Esta investigación del Instituto de Transporte de la UCLA y Google marca un gran avance en la comprensión de los patrones de viajes activos en todo el mundo. Es la primera en proporcionar un análisis de datos globalmente consistente en ciudades de diversos tamaños, niveles de ingresos y geografías. Con más de 14 veces el número de ciudades del siguiente estudio más grande, el conjunto de datos representa aproximadamente el 41 % de la población urbana mundial, lo que ofrece una perspectiva sin precedentes sobre cómo la forma urbana y las políticas locales influyen en el uso de la bicicleta y la caminata en todo el mundo.
El estudio utiliza datos de Environmental Insights Explorer de Google, que utiliza datos agregados y anónimos del historial de ubicación de los usuarios registrados. EIE permitió a los investigadores identificar el número y el modo de viaje, así como la distancia recorrida por cada modo dentro de una ciudad determinada.
Para ayudar a traducir estos hallazgos de investigación en estrategias prácticas para ciudades más seguras, el equipo de investigación también publicó una guía complementaria para líderes municipales y planificadores de transporte. Esta guía sintetiza los hallazgos clave del estudio en recomendaciones basadas en datos, junto con estudios de caso de ocho ciudades exitosas de todo el mundo.
Cada estudio de caso destaca iniciativas políticas específicas que han impulsado porcentajes notablemente altos de caminatas y ciclismo. Más importante aún, ilustran que no existe un enfoque universal y que una infraestructura de transporte activo exitosa no se limita a una ciudad o región.
Este enfoque permitió a los investigadores analizar los patrones de caminata y ciclismo en regiones históricamente subrepresentadas en las investigaciones sobre transporte en idioma inglés, incluidas América Latina, el sur de Asia, Japón y África subsahariana.
En Nairobi, Kenia, por ejemplo, los comerciantes informales han participado en el proceso de diseño de mejoras para peatones, y la ciudad destina al menos el 20 % del presupuesto de transporte al transporte no motorizado. En Osaka, Japón, las calles estrechas y el tráfico lento demuestran cómo una infraestructura peatonal y ciclista más informal puede ser tan eficaz para fomentar el desplazamiento a pie y en bicicleta como las redes formales de Copenhague y Ámsterdam.
La ampliación de la lista de las ciudades más propicias para caminar y andar en bicicleta reveló otra conclusión clave: el clima no tiene un impacto significativo en los viajes activos. Algunas de las tasas más altas de viajes activos se registran en la nieve de Montreal y Copenhague, y en el calor y la humedad de Calcuta (India) y Daca (Bangladesh). Esto amplía significativamente las posibilidades de que las ciudades ubicadas en zonas con inviernos o veranos más rigurosos inviertan en infraestructura y políticas para peatones y ciclistas.
«Copenhague y Ámsterdam reciben, con razón, mucha atención por sus diseños de calles de primera clase que priorizan a los peatones y ciclistas. Pero no son los únicos casos de éxito», afirmó Millard-Ball. «Ciudades como Osaka, Buenos Aires y Nairobi han tomado caminos muy diferentes y, aun así, han logrado resultados impresionantes».
La lección es clara: no es necesario replicar Copenhague para que la ciudad sea transitable a pie y en bicicleta.
Más información: Adam Millard-Ball et al., Beneficios globales para la salud y el clima derivados de la infraestructura para caminar y andar en bicicleta, Actas de la Academia Nacional de Ciencias (2025). DOI: 10.1073/pnas.2422334122
