Un fenómeno eruptivo inusual que genera hebras de vidrio y alerta por altos niveles de gases
Redacción Noticias de la Tierra
El volcán Kilauea, uno de los sistemas volcánicos más activos del planeta, volvió a entrar en erupción en Hawái, ofreciendo un espectáculo tan imponente como preocupante para autoridades y científicos. El reporte de Infobae, basado en información de organismos locales, detalla que el episodio estuvo acompañado por columnas de lava que alcanzaron alrededor de 370 metros de altura, además de un fenómeno poco habitual: la formación de finas hebras de vidrio volcánico y la emisión de elevados niveles de gases que obligaron a reforzar medidas de seguridad en la región.
La erupción se produjo en la caldera principal del volcán, ubicada dentro del Parque Nacional de los Volcanes de Hawái, un área monitoreada de forma continua por el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). Aunque el evento no representó un peligro inmediato para zonas habitadas, sí generó inquietud por la intensidad de las emisiones y por la aparición de materiales inusuales que pueden tener implicaciones ambientales y sanitarias.
Un repunte eruptivo dentro de un ciclo activo
El Kilauea ha mostrado un comportamiento particularmente dinámico durante la última década, con periodos intermitentes de actividad que incluyen flujos de lava, emisión de gases y deformación del terreno. El episodio descrito por Infobae se enmarca en este patrón de actividad, aunque con características que llamaron la atención por su intensidad y por la variedad de materiales expulsados.
Los expertos explicaron que la altura excepcional de las columnas de lava responde a una combinación de alta presión magmática y apertura súbita de conductos internos. Esto genera chorros verticales que pueden transportar fragmentos de roca fundida a gran velocidad, un proceso que también facilita la creación de hebras de vidrio, conocidas localmente como “cabello de Pele”, en referencia a la deidad hawaiana del fuego y los volcanes.
Este material, formado por filamentos extremadamente delgados de lava que se solidifican al entrar en contacto con el aire, puede dispersarse a grandes distancias y representar un riesgo para la salud si es inhalado o si entra en contacto con la piel.
Hebras de vidrio volcánico: un indicador de la violencia eruptiva
Las hebras de vidrio, uno de los elementos más inusuales señalados por autoridades y especialistas, son un producto típico de erupciones explosivas en las que la lava es estirada por corrientes de aire y fragmentada en fibras alargadas. Estas estructuras, que pueden alcanzar varios centímetros, son tan ligeras que pueden ser transportadas por el viento y depositarse en comunidades cercanas.
El fenómeno evidencia la intensidad del proceso eruptivo, ya que solo se forma bajo condiciones de gran velocidad y calor extremo. Si bien su presencia no implica una amenaza comparable a un flujo de lava, sí requiere precaución: las hebras son afiladas y se comportan como microfragmentos de vidrio que pueden irritar ojos, vías respiratorias y piel.
Las autoridades ambientales de Hawái recomendaron evitar el contacto directo con estos materiales y mantener cerradas ventanas en zonas donde se registren depósitos significativos.
Emisión de gases: un riesgo persistente
Además de la eyección de lava y materiales sólidos, la erupción generó altos niveles de dióxido de azufre (SO₂), según los registros del USGS. Este gas, habitual en procesos volcánicos, puede combinarse con el vapor de agua en la atmósfera y formar vog (smog volcánico), una neblina que afecta la calidad del aire y puede producir irritación ocular, dificultades respiratorias y efectos adversos en cultivos sensibles.
El ciclo eruptivo del Kilauea ha mostrado repetidamente que la emisión de gases volcánicos es uno de los riesgos más persistentes para la población local, incluso cuando la lava no amenaza directamente las zonas habitadas. Las autoridades sanitarias recomiendan a personas con afecciones respiratorias evitar actividades al aire libre durante periodos de alta concentración de gases.
Un fenómeno geológico que transforma el paisaje
Las erupciones del Kilauea no solo son eventos espectaculares: también transforman el paisaje del archipiélago. La acumulación de lava, la creación de nuevos cráteres y la modificación de antiguos conductos volcánicos cambian de forma constante la geografía de la Isla Grande. Este proceso natural ha sido estudiado por décadas, ya que ofrece una ventana única para comprender la dinámica interna de los volcanes de escudo, característicos de Hawái.
El evento reciente demuestra nuevamente que el volcán continúa activo, alimentado por un sistema magmático profundo que mantiene presión constante bajo la corteza. Los científicos monitorean no solo la superficie, sino también la sismicidad interna, la deformación del terreno y la composición de los gases, elementos que permiten anticipar posibles escenarios futuros.
Reacción de autoridades y comunidades locales
Las autoridades del Parque Nacional de los Volcanes de Hawái establecieron zonas de exclusión para evitar que visitantes se acerquen a áreas inestables o expuestas a emisiones tóxicas. Aunque el flujo de lava permaneció confinado dentro de la caldera, el riesgo asociado a la caída de materiales fragmentados y la dispersión de hebras de vidrio llevó a incrementar la vigilancia.
Las comunidades cercanas, que están acostumbradas a convivir con el comportamiento variable del Kilauea, recibieron instrucciones claras sobre calidad del aire, uso de mascarillas en zonas afectadas por vog, y precauciones al manipular materiales volcánicos depositados en sus viviendas.
Un recordatorio del poder dinámico de la Tierra
La nueva erupción del Kilauea refuerza la idea de que la actividad volcánica es una expresión constante de los procesos internos de la Tierra. El episodio, con columnas de lava que alcanzaron alturas extraordinarias y con la generación de materiales tan particulares como las hebras de vidrio, subraya la necesidad de continuar reforzando el monitoreo científico y la educación pública sobre riesgos volcánicos.
Para Hawái, y para el mundo, estas manifestaciones ofrecen tanto desafíos como oportunidades para comprender mejor el funcionamiento de los volcanes y mejorar los protocolos de seguridad que protegen a poblaciones expuestas. La combinación de magnitud, rareza y riesgo convierte este evento en uno de los más relevantes del cierre del año.
Referencias
Infobae. “El volcán Kilauea volvió a entrar en erupción en Hawái: se registraron columnas de lava de hasta 370 metros”. https://www.infobae.com/estados-unidos/2025/12/07/el-volcan-kilauea-volvio-a-entrar-en-erupcion-en-hawaii-se-registraron-columnas-de-lava-de-hasta-370-metros/










