La UE acordó el jueves un objetivo amplio de reducción de emisiones para presentarlo en una conferencia de la ONU en Brasil, evitando al bloque una posible vergüenza diplomática pero poniendo en riesgo su reputación como defensor del clima.

por Adrien DE CALAN, Umberto BACCHI
Los ministros de Medio Ambiente del bloque de 27 naciones se reunieron en Bruselas mientras se acercaba el fin del plazo impuesto por la ONU para presentar un compromiso oficial de lucha contra el calentamiento global para 2035.
Los países no han conseguido ponerse de acuerdo sobre su nivel de ambición, por lo que se conformaron con una «declaración de intenciones» de compromiso para reducir las emisiones entre un 66,25% y un 72,5% en comparación con los niveles de 1990.
«Es muy positivo que los Estados miembros hayan podido llegar a un consenso», dijo Lars Aagaard, ministro de Clima de Dinamarca, país que ostenta la presidencia rotatoria de la UE, en una conferencia de prensa.
«La UE es y seguirá siendo un líder mundial en materia climática», afirmó.
La UE —sólo detrás de China, Estados Unidos e India en términos de emisiones de gases de efecto invernadero— ha sido, con diferencia, el mayor contaminante entre los grandes países que se ha comprometido a actuar en favor del clima .
El bloque esperaba presentar una propuesta ambiciosa a la conferencia climática COP30 de noviembre, pero meses de negociaciones no lograron producir un acuerdo, dejando a Bruselas buscando una solución de último momento.
La ONU ha presionado a los líderes mundiales, entre ellos la jefa de la UE, Ursula von der Leyen, para que anuncien sus compromisos en la Asamblea General de Nueva York la próxima semana.
Dinamarca propuso una «declaración de intenciones» con un objetivo en lugar de una meta estricta respaldada por un plan detallado; la mayoría de los estados finalmente se sumaron el jueves después de un largo día de negociaciones en Bruselas.
‘Premio de consolación’
«Esta declaración de intenciones permite a la UE presentarse en Nueva York con algo tangible y evitar una situación embarazosa», dijo Jens Mattias Clausen de Concito, un centro de estudios danés.
Al igual que la mayoría de las demás partes del Acuerdo de París de 2015, la UE ya había incumplido el plazo de febrero para proporcionar un objetivo de reducción de emisiones para 2035 y un plan detallado para lograrlo.
El plazo se extendió hasta septiembre, lo que aún permite evaluar los planes antes de que comience la COP30 el 10 de noviembre en la ciudad brasileña de Belém.
Como la declaración de intenciones no cuenta como presentación oficial a la UE, es casi seguro que el bloque también incumplirá el segundo plazo.
«La declaración de intenciones es un premio de consolación muy bien conseguido», dijo Linda Kalcher, directora del grupo de expertos Strategic Perspectives.
El bloque todavía tenía como objetivo presentar su compromiso oficial antes de la COP30, dijo el Consejo Europeo, el organismo de la UE que representa a los estados.
«El acuerdo nos permite llegar con confianza a Nueva York la semana que viene», dijo a los periodistas Wopke Hoekstra, comisario europeo de Clima.
Describió el objetivo como «ambicioso» y «claramente en línea con el Acuerdo de París».
Divisiones
La UE se ha marcado como objetivo ser neutral en carbono en 2050 y afirma que ya ha reducido las emisiones en un 37% en comparación con 1990.
Pero el clima ha pasado cada vez más a un segundo plano en Bruselas, a medida que las tensiones comerciales globales y la guerra en Ucrania han desplazado el foco hacia la defensa y la industria.
Thomas Gelin, de Greenpeace, dijo que el compromiso del jueves mostraba que el bloque estaba «abdicando del papel de líder climático».
«La UE está más preocupada por hacer que el continente sea ‘competitivo’ que por mantenerlo habitable», dijo.
El acuerdo refleja la discordia entre los 27 sobre la agenda verde del bloque.
Dinamarca y España se encuentran entre los países que presionan para que Bruselas se ciña a una propuesta relacionada de la Comisión Europea para reducir las emisiones en un 90% para 2040, en camino a cero emisiones netas una década después.
Pero otros, como Hungría, la República Checa y Polonia, lo consideran demasiado ambicioso y perjudicial para la industria.
«Nuestro análisis muestra que podemos lograr, con un gran coste, reducciones del 83% para 2040», dijo el responsable polaco de clima Krzysztof Bolesta antes de las conversaciones, añadiendo que su gobierno quería una exención para la producción de defensa.
Francia, que sufre finanzas inestables y una crisis política prolongada, quiere más claridad sobre el marco de inversión para apoyar la descarbonización antes de comprometerse.
La semana pasada, París y Berlín pidieron que se debatiera una decisión sobre los objetivos para 2040 en una cumbre de líderes en octubre, lo que en realidad retrasa una decisión que la comisión esperaba que se pudiera alcanzar el jueves.
