Jarosita: una esponja dorada para limpiar metales


Puede que la jarosita no brille como una gema, pero en el mundo de la geoquímica ambiental, es un tesoro.


Por Nilo Karimianby, CSIRO


Para mí, es más que un simple mineral. Es un narrador de historias. Captura y registra la historia de los ambientes ácidos, ofreciendo información sobre las condiciones pasadas, los riesgos presentes y las oportunidades futuras para limpiar los contaminantes.

La jarosita es un mineral de color amarillo polvoriento que puede verse formando una costra en la superficie de los relaves de minas o de los humedales secos.

Se forma en suelos altamente ácidos, cuando el hierro, el sulfato y el potasio o el sodio se unen en condiciones ácidas y oxidantes.

Estas condiciones son comunes en los vertederos mineros. Conocidas como drenaje ácido de minas (DAM), los minerales sulfurados reaccionan con el aire y el agua, creando agua altamente ácida cargada de metales pesados .

En estos entornos hostiles, la jarosita comienza a cristalizarse, formando costras duras y amarillentas en la superficie de los relaves de la mina.

Al principio, lo vi como un mineral más. Pero al excavar más, lo vi con claridad. La jarosita es mucho más que un simple observador.

Limpieza de contaminantes ambientales

La jarosita posee un poder oculto: puede atrapar metales tóxicos como el arsénico, el plomo y el antimonio dentro de su estructura.

Sin embargo, el bloqueo de metales tóxicos no siempre es permanente. Si el entorno cambia, como un aumento del pH o una disminución del oxígeno, la jarosita puede disolverse o transformarse, lo que podría liberar contaminantes al medio ambiente.

Eso lo convierte tanto en una amenaza como en una oportunidad. Y ahí es donde entra mi investigación.

Jarosita: una esponja dorada para limpiar metales
Material rico en jarosita proveniente del arroyo aguas abajo de la mina Ottery. Crédito: Profesor Ed Burton.

Jarosita utilizada para tratar el drenaje ácido de minas

Lo que comenzó como una curiosidad científica se ha convertido en una pasión por comprender cómo este mineral puede ayudarnos a limpiar el daño ambiental , decodificar historias geoquímicas complejas e incluso echar un vistazo al pasado de otro planeta.

He estado investigando formas de estabilizar o transformar la jarosita para retener los contaminantes de forma más segura.

Un enfoque prometedor implica una forma reducida de hierro que llamamos Fe(II).

En condiciones adecuadas, el Fe(II) provoca la transformación de la jarosita en minerales más estables, como la goethita o la hematita. Estos nuevos minerales tienen menor probabilidad de liberar metales tóxicos, lo que ofrece una solución ambientalmente eficaz para la gestión de suelos contaminados y residuos mineros.

Hemos estado diseñando experimentos de laboratorio para imitar estas transformaciones y trabajando con socios en Europa para desarrollar sistemas de columnas que puedan usarse en el campo.

Es emocionante ver cómo un pequeño cambio en la química redox podría algún día marcar una gran diferencia en la remediación ambiental.

Famoso en Marte

Cuando el rover Opportunity de la NASA detectó jarosita en la superficie de Marte, el interés mundial en este humilde mineral alcanzó su punto máximo.

Su presencia nos dice mucho sobre el pasado del planeta rojo. Nos indica que Marte alguna vez tuvo agua ácida y rica en hierro, al igual que los entornos que estudiamos en la Tierra.

La jarosita nos enseña sobre la interacción entre la geoquímica, la mineralogía y la evolución planetaria.

Ya sea en una presa de relaves en Australia o en un cráter marciano, este modesto mineral amarillo cuenta una rica historia sobre condiciones extremas , resiliencia química y transformación ambiental.

Así que sí, aunque no gane ningún concurso de belleza, la jarosita se ha ganado un lugar entre mis minerales favoritos. Refleja el tipo de ciencia que me apasiona: profunda, interdisciplinaria y llena de sorpresas.