La protección de la biodiversidad es fundamental porque los ecosistemas saludables sustentan la vida humana.
Un nuevo estudio de investigadores de la Universidad McGill sugiere que el uso de inteligencia artificial (IA) para analizar rápidamente grandes cantidades de datos sobre biodiversidad podría marcar una gran diferencia en los esfuerzos de conservación, permitiendo a los científicos y a los responsables de las políticas tomar decisiones más informadas.
La revisión, publicada en la revista Nature Reviews Biodiversity y fruto de la colaboración entre un científico informático, un ecologista y un equipo internacional de investigadores, analiza siete “brechas de biodiversidad global”: lagunas en nuestro conocimiento de las especies, incluidas sus distribuciones e interacciones.
«El problema es que todavía no tenemos información básica sobre la naturaleza, y eso nos impide saber cómo protegerla», dijo Laura Pollock, autora principal del estudio y profesora asociada en el Departamento de Biología de la Universidad McGill.
El estudio, que revisa la literatura existente sobre el tema, identifica formas clave en que la IA puede cerrar estas brechas de conocimiento. Los investigadores descubrieron que actualmente la IA se utiliza solo en dos de las siete áreas deficitarias, lo que deja importantes oportunidades sin explotar.
Ya se están utilizando herramientas basadas en inteligencia artificial, como BioCLIP, para detectar características de especies en imágenes, lo que ayuda a su identificación. Se están identificando cientos de nuevos insectos utilizando plataformas de monitoreo automatizadas de insectos como Antenna.
Pero los modelos de aprendizaje automático entrenados con imágenes satelitales y ADN ambiental tienen el potencial de mapear las distribuciones de especies con mayor precisión que nunca. La IA también puede ayudar a inferir interacciones entre especies, como redes alimentarias y relaciones depredador-presa, que permanecen en gran medida inexploradas debido a la dificultad de la observación directa.
«Este estudio analiza una gama mucho más amplia de cuestiones relacionadas con la biodiversidad que las revisiones anteriores. “Fue sorprendente ver cuán limitada es la aplicación de la IA cuando tiene un potencial tan grande para abordar muchas de estas deficiencias”, dijo David Rolnick, coautor del estudio, presidente de CIFAR AI de Canadá y profesor asociado de informática en la Universidad McGill. El programa de Cátedras de IA de CIFAR en Canadá es una piedra angular de la estrategia pancanadiense de CIFAR en inteligencia artificial. Su objetivo es atraer a los principales investigadores de IA del mundo a Canadá y retener el talento nacional.
De cara al futuro, el equipo de investigación destaca la importancia de ampliar las iniciativas de intercambio de datos para mejorar el entrenamiento de los modelos de IA, perfeccionar los algoritmos para reducir el sesgo y garantizar el uso ético de la IA en la conservación. Con los objetivos globales de biodiversidad acercándose, dicen que la IA, si se usa de manera efectiva, podría ser una de las herramientas más poderosas para abordar la crisis de la biodiversidad.
“La IA está cambiando la forma en que funciona el mundo, para bien o para mal. Ésta es una de las formas en las que puede ayudarnos. «Proteger la biodiversidad es fundamental porque los ecosistemas sustentan la vida humana», concluyó Pollock.
Fuente: Universidad McGill. Autor: Claire Lowen.
