La gestión conjunta de áreas protegidas por ONG y países africanos reduce significativamente la deforestación


Para proteger mejor los ecosistemas y la biodiversidad, varios países africanos han establecido modelos de gestión innovadores en los que las áreas protegidas son gestionadas conjuntamente por organismos gubernamentales y ONG internacionales o nacionales mediante asociaciones que pueden durar varias décadas.


por el INRAE ​​- Instituto Nacional de Investigación Agrícola, Alimentaria y Medioambiental


Un equipo internacional de investigación, dirigido por el INRAE ​​y en el que participa la Universidad de Le Havre, analiza este modelo de gestión colaborativa en 127 asociaciones que cubren casi un millón de kilómetros cuadrados. Sus resultados, publicados en Proceedings of the National Academy of Sciences , indican que, en promedio, la deforestación se reduce en un 55% en las áreas protegidas gestionadas por estos modelos y hasta en un 66% en las áreas protegidas más amenazadas.

El África subsahariana alberga el 13% de la biodiversidad y representa aproximadamente el 20% de los bosques del mundo. Las áreas protegidas desempeñan un papel esencial en la protección de la biodiversidad y los ecosistemas. Desde que se creó la primera área protegida en 1925 en la República Democrática del Congo, el Parque Nacional de Virunga, se han creado varios miles de parques.

Sin embargo, la falta estructural de financiación, las capacidades de gestión limitadas y la debilidad de las instituciones y la gobernanza complican la misión de estas áreas de proteger eficazmente la vida silvestre y sus hábitats. Para paliar estas dificultades, en los últimos 20 años se han puesto en marcha modelos de gestión innovadores: los Estados y las ONG gestionan conjuntamente estos parques mediante asociaciones público-privadas.

La gestión conjunta de áreas protegidas por ONG y países africanos ayuda a reducir la deforestación
Parques conservados (color oscuro) y parques eliminados (color claro) durante el procedimiento de comparación. La comparación se realizó a nivel de cuadrícula (5 km x 5 km). El mapa se realizó con parques en lugar de celdas de cuadrícula para mayor visibilidad. Se consideró que un parque se conservaba para esta figura si se comparaba al menos una de sus celdas de cuadrícula. Crédito: Actas de la Academia Nacional de Ciencias (2024). DOI: 10.1073/pnas.2411348121

Estas colaboraciones de gestión colaborativa (CMP) pueden llegar incluso a delegar la gestión integral de miles de kilómetros cuadrados de un territorio en uno o varios Estados a ONG nacionales o internacionales. Otra particularidad de estas CMP es su duración: las colaboraciones se establecen por varias décadas (alrededor de 25 a 30 años, incluso 40 años en algunos casos), mientras que las ONG suelen apoyar proyectos de entre 2 y 5 años.

Los CMP facilitan una financiación sustancial a largo plazo, haciendo posible, por ejemplo, reclutar y capacitar a personal y guardabosques, así como construir infraestructura para ayudar a las poblaciones locales a reducir su dependencia de los recursos del parque y mejorar sus condiciones de vida ( centrales eléctricas alrededor de los parques de Garamba y Virunga, carreteras, infraestructura turística, etc.).

Los investigadores analizaron este cambio de enfoque para ver si estas inversiones han mejorado la eficacia de las áreas protegidas. Su estudio identificó 127 asociaciones en 16 países del África subsahariana en 2023, en las que participan 48 ONG, 21 de ellas nacionales y 27 internacionales. Estas áreas cubren casi un millón de kilómetros cuadrados, casi el doble del tamaño de Francia.

Los investigadores evaluaron el impacto de los CMP comparando la tasa de pérdida de cobertura arbórea antes y después de su establecimiento. Sus resultados muestran que los CMP han reducido la deforestación en un promedio del 55% en áreas protegidas. Son particularmente eficaces en áreas protegidas bajo un alto nivel de presión antropogénica, donde la reducción de la deforestación alcanza el 66%.

Estos resultados demuestran que los CMP a largo plazo entre gobiernos y organizaciones no gubernamentales pueden ser parte de la solución para mejorar la protección de la biodiversidad. Sin embargo, la duración de los CMP requiere que los estados implementen mecanismos de monitoreo para evaluar su impacto. Además, será necesario que futuras investigaciones determinen si la mejora en las condiciones ambientales beneficia a las poblaciones que viven cerca de estos parques.

Más información: Sébastien Desbureaux et al., Las alianzas de gestión colaborativa redujeron considerablemente la deforestación en las áreas protegidas más en riesgo de África desde 2000, Actas de la Academia Nacional de Ciencias (2024). DOI: 10.1073/pnas.2411348121