La herencia y el medio ambiente explican el amor de las personas por la naturaleza, sugiere una investigación


Los seres humanos tienen una visión positiva de la naturaleza. Pero, ¿se debe esto a un enfoque que hemos aprendido mientras crecíamos o es algo con lo que nacemos? La respuesta es “ambas”, según investigadores de la Universidad de Gotemburgo y la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas. 


por la Universidad de Gotemburgo


Nuestro amor por la naturaleza es muy individual y debería influir en la forma en que planificamos nuestras ciudades, afirman los investigadores.

Es bien sabido que la naturaleza tiene un efecto positivo en las personas. En las ciudades en particular, los estudios han demostrado que los árboles y otras zonas verdes contribuyen al bienestar de las personas. Sin embargo, los expertos no se ponen de acuerdo sobre las razones detrás de este fenómeno, conocido como biofilia.

Algunos creen que es natural que los humanos sientan un apego positivo automático porque el desarrollo humano ha ocurrido en la naturaleza. Otros argumentan que no hay evidencia de esto y que las influencias durante nuestra infancia determinan cómo vemos la naturaleza.

Una amplia gama de factores involucrados

Investigadores de la Universidad de Gotemburgo y la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas (SLU) han revisado varios estudios dentro de este campo que examinan tanto los factores innatos como lo que los individuos experimentan durante sus vidas, principalmente cuando son niños.

En un nuevo artículo, los investigadores concluyen que tanto la herencia como el entorno influyen en la actitud de un individuo hacia la naturaleza, pero que una amplia gama de factores también influyen en cómo se expresa el amor por la naturaleza. El artículo, “Biofilia revisada: naturaleza versus crianza”, se publicó en la revista Trends in Ecology & Evolution .

“Hemos podido comprobar que muchas personas tienen una experiencia inconscientemente positiva de la naturaleza”, afirma Bengt Gunnarsson, profesor emérito de Ciencias Ambientales de la Universidad de Gotemburgo. “Pero la hipótesis de la biofilia debería modificarse para vincular la variación en las relaciones de los individuos con la naturaleza con una interacción entre la herencia y la influencia ambiental”.

La naturaleza significa cosas diferentes

Esto se debe a que las personas reaccionan de manera diferente ante la naturaleza. En un estudio japonés, se pidió a los sujetos que caminaran por un bosque y una ciudad mientras se medían los latidos de su corazón. Esto demostró que las emociones positivas al caminar por el bosque aumentaron en el 65% de las personas. Por lo tanto, no todos tenían una percepción positiva de la naturaleza. Otro estudio de psicología ambiental encontró que los sujetos de la investigación se sienten inconscientemente atraídos por la naturaleza en lugar de las ciudades, y que esta atracción se reforzó en aquellos cuya infancia fue rica en naturaleza.

“Un estudio adicional con gemelos idénticos y no idénticos demostró que un componente genético influye en la relación positiva o negativa del individuo con la naturaleza”, continúa Gunnarsson. “Pero el estudio también destacó la importancia del medio ambiente en términos de actitudes hacia la naturaleza”.

Además, la naturaleza puede significar cosas completamente diferentes para distintas personas. Algunos disfrutan de los parques con césped y árboles plantados, mientras que otros prefieren estar en la naturaleza. Los investigadores creen que esta variación también está determinada tanto por la herencia como por el medio ambiente.

“Por eso es importante que no estandaricemos la naturaleza a la hora de planificar la vegetación en nuestros pueblos y ciudades”, añade Marcus Hedblom, investigador de SLU y coautor del artículo. “No deberíamos sustituir la vegetación salvaje por un parque y dar por sentado que será bueno para todos”.

La naturaleza urbana aporta muchos beneficios

En el urbanismo actual, la densificación ha sido una forma común de lograr una ciudad más sostenible. Esto a veces puede entrar en conflicto con los esfuerzos por ofrecer naturaleza en las ciudades. Un gran número de estudios sugieren que los parques urbanos y los espacios verdes contribuyen al aumento de la actividad física y a la recuperación del estrés. El verde de nuestras ciudades también es importante en otros aspectos. Los árboles pueden limpiar el aire y proporcionar sombra para crear un clima urbano tolerable en los días calurosos.

“Probablemente hay un gran número de personas que no tienen sentimientos tan positivos hacia la naturaleza, en parte debido a factores hereditarios”, concluye Gunnarsson. “Los estudios futuros que profundicen en las interacciones entre los factores hereditarios y ambientales son esenciales si queremos comprender qué da forma a las relaciones de los individuos con la naturaleza. Pero debemos recordar que todos somos diferentes y tenerlo en cuenta al planificar diferentes situaciones naturales . áreas en pueblos y ciudades. Deje que la gente encuentre sus propios espacios verdes favoritos”.

Más información: Bengt Gunnarsson et al, Biofilia revisitada: naturaleza versus crianza, Tendencias en ecología y evolución (2023). DOI: 10.1016/j.tree.2023.06.002