Entre 2022 y 2023, en los dos primeros años de la guerra en Ucrania, se destruyeron casi 1.600 kilómetros cuadrados de bosques. La magnitud de la devastación, junto con sus consecuencias ambientales, sociales y económicas, es difícil de cuantificar.

Los hallazgos, publicados en Global Ecology and Conservation , son el resultado de una investigación que combinó imágenes satelitales de las zonas afectadas por el conflicto con un sistema de inteligencia artificial basado en aprendizaje automático.
«Además de la terrible pérdida de vidas, la guerra en Ucrania también ha provocado graves daños ambientales, empezando por la destrucción de vastas áreas forestales», afirma Roberto Cazzolla Gatti, profesor del Departamento de Ciencias Biológicas, Geológicas y Ambientales de la Universidad de Bolonia, quien dirigió la investigación. «El daño a la biodiversidad y a los procesos ecosistémicos, como la filtración del agua, la formación del suelo y la regulación del clima, es difícil de cuantificar».
Según el sistema de análisis desarrollado por los investigadores, Ucrania perdió 808 kilómetros cuadrados de bosque en 2022 y 772 kilómetros cuadrados en 2023, principalmente en regiones devastadas por la guerra: 180 kilómetros cuadrados en la región de Donetsk, 181 kilómetros cuadrados en la región de Járkov, 214 kilómetros cuadrados en la región de Jersón, 268 kilómetros cuadrados en la región de Kiev y 195 kilómetros cuadrados en la región de Lugansk.

Los investigadores consideran que los incendios son la principal causa de la pérdida de bosques. En marzo de 2022, por ejemplo, se detectaron numerosos incendios forestales en la región de Jersón y las tropas rusas intentaron impedir los intentos de extinción de las llamas. Otro ejemplo es el valioso foco de biodiversidad del cabo Kinburn, en la parte sur de la región de Nikolaev: se estima que los incendios han destruido entre el 20 y el 30 % de la zona, que ahora está ocupada por el ejército ruso.
«Cuando termine la guerra, será necesario adoptar políticas ambientales fuertes y eficaces para detener la pérdida de biodiversidad , promover la reforestación y restaurar los ecosistemas», añadió Cazzolla Gatti. «Las áreas reforestadas pueden contribuir a la creación de corredores humanitarios ecológicos y apoyar la desmilitarización, creando zonas de amortiguación para construir y preservar la paz».
Entre los autores del estudio se encuentran Roberto Cazzolla Gatti, Rocío Beatriz Cortés Lobos y Duccio Rocchini, de la Universidad de Bolonia, junto con Michele Torresani, de la Universidad Libre de Bolzano-Bolzano.
Más información: Roberto Cazzolla Gatti et al, Un sistema de alerta temprana basado en aprendizaje automático detecta una enorme pérdida de bosques en Ucrania durante la guerra, Global Ecology and Conservation (2025). DOI: 10.1016/j.gecco.2025.e03427
