En el caso de España, su día de sobrecapacidad llegó mucho antes: el pasado 12 de mayo
De media, el ser humano necesitaría 1,75 Tierras para satisfacer sus demandas de consumo
Por SAMUEL A. PILAR
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El planeta Tierra ha entrado en números rojos este miércoles 2 de agosto. En apenas 214 días, la humanidad ha consumido los recursos naturales generados por el planeta para todo el año, excediendo en un 74% la capacidad de los ecosistemas para renovarlos, de acuerdo con el análisis elaborado por la organización Global Footprint Network (GFN), que trabaja con un centenar de entidades internacionales para medir la huella ecológica en aproximadamente 200 países.
El día de sobrecapacidad marca la fecha en la que la demanda de recursos y servicios ecológicos de la humanidad en un año concreto supera lo que la Tierra puede regenerar en ese mismo año. En términos económicos, sería como agotar el saldo anual disponible.
La organización ecologista WWF lamenta que esta fecha no ha parado de adelantarse desde que comenzaron a llevarse a cabo las mediciones, hace más de medio siglo. Además, advierte que en los últimos lustros el ritmo de deterioro se ha acelerado hasta niveles alarmantes, ya que durante los últimos 20 años, el día de sobrecapacidad se ha adelantado en tres meses. «Desde 1970 hasta ahora se ha producido un incremento exponencial en el consumo de los recursos naturales. Mientras que desde ese año la población se ha duplicado, el consumo de estos recursos se ha multiplicado exponencialmente», explica a RTVE.es Enrique Segovia, director de Conservación de WWF.
En 2020 las restricciones de movilidad derivadas de la pandemia de COVID-19 ofrecieron una tregua y el día de sobrecapacidad pudo atrasarse hasta el 22 de agosto. Como sucedió en 2008 con la crisis económica, el confinamiento ayudó a reducir la demanda en casi un 10%. No obstante, en 2021 la fecha volvió a adelantarse y alcanzó de nuevo el mismo día que en 2019: el 29 de julio. En 2022, fue incluso antes: el 28 de julio.
El consumo de los países es muy desigual. Algunos, como Finlandia o Angola cierran el ejercicio con superávit; pero otros, como Qatar o Luxemburgo, agotan los recursos anuales en apenas mes y medio. El caso de Qatar es especialmente llamativo, ya que su consumo equivale al de nueve Tierras. El de Estados Unidos, por ejemplo, equivale a más de cinco, mientras que el de España, a tres.
España, en números rojos desde el 12 de mayo
En lo que se refiere a España, su día de sobrecapacidad en 2023 llegó el pasado 12 de mayo. El país se encuentra en el grupo de los más desarrollados, por lo que su utilización de recursos naturales es muy elevada. «Tenemos los modelos de desarrollo absolutamente acoplados con la utilización de recursos. Cuanto más desarrollado eres, más recursos naturales consumes o más desperdicios generas», expresa Enrique Segovia.
A nivel mundial, la humanidad vive como si tuviera 1,75 planetas a su disposición. Para WWF, el precio de este déficit ecológico es «devastador para la naturaleza». «¿En qué estamos viendo esa pérdida de capital natural? En que sigue habiendo frentes de deforestación, los ríos están cada vez más exhaustos y los humedales están desapareciendo, los mares están cada vez más sobreexplotados, se incrementa la superficie urbanizada por el ser humano, aumentan las emisiones que el planeta no es capaz de absorber…», enumera Segovia. «Al final, estamos deteriorando nuestro presente pero sobre todo estamos hipotecando el futuro de nuestros hijos y del resto del planeta», resume.
El cambio climático no es ajeno al deterioro de los recursos del planeta. Como una pescadilla que se muerde la cola, la sobrecapacidad es causa del calentamiento global, que a su vez también está exacerbando a la primera. El director general de Global Footprint Network, Steven Tebbe, apunta a que este es el factor principal de que la huella ecológica se esté deteriorando a pasos agigantados en todo el mundo: «Las olas de calor, los incendios forestales, las sequías y las inundaciones tienen que ver con el adelantamiento del día de la sobrecapacidad».
Sin embargo, los ecosistemas aún se pueden recuperar, aunque hay que actuar rápido, porque hay algunos que están cerca del punto de no retorno, como es el caso de las selvas tropicales de la Amazonía, según apuntan desde WWF. «La recuperación de la naturaleza es inmediata, aunque a veces hay que ayudarla», manifiesta su director de Conservación, Enrique Segovia, quien agrega que, «en muchos otros casos, lo único que hay que hacer es interrumpir el impacto». «Entre el 50% y el 60% de esta huella ecológica tiene que ver con la huella de carbono. Si descarbonizamos rápidamente, se reduce de manera sustancial ese impacto», revela.