En 2022 se cumplen 50 años de la designación del 5 de junio como Día Mundial del Medio Ambiente en la Conferencia de las Naciones Unidas.
La Organización Panamericana de la Salud, OPS, plantea que los altos niveles de contaminación tienen consigo un alto riesgo de infecciones respiratorias, enfermedades cardiacas, derrames cerebrales y cáncer de pulmón.
Bogotá, mayo de 2022. El 5 de junio se conmemora el día Mundial del Medio Ambiente, con el objetivo de sensibilizar a la población sobre los cambios ambientales, ya que estos son cada vez más acelerados y negativos para la humanidad. Por ejemplo, este año en abril se registró la quinta marca más baja de hielo desde que se empezó a monitorear hace 44 años, según Copernicus, el programa de observación de la Tierra de la Unión Europea. El cambio climático también ha traído retos a la salud pública y en la actualidad ya nos enfrentamos a consecuencias de todo tipo.
“El cambio climático nos presenta un fenómeno que no hemos abordado con rigor, la migración climática, y aunque parezca un tema extraño, la agencia de la ONU para los refugiados presenta una cifra alarmante de más de 20 millones de personas que deben abandonar sus tierras debido a eventos climáticos extremos, como son: lluvias inusualmente fuertes, sequías prolongadas, desertificación, huracanes, entre otros”, comenta Camilo José González Martínez, docente del programa de ingeniería ambiental de la Universidad El Bosque, magíster en Gestión Ambiental y candidato a doctor en salud pública.
Es importante mencionar que el desplazamiento ocasionado por el cambio climático no solo hace referencia a las personas, también ha hecho que los mosquitos y otros animales que transmiten enfermedades como la malaria, el dengue, la Leishmaniasis, entre otras, cambien su hábitat.
¿Cuáles son las afectaciones que generan una mala calidad de aire?
Para González Martínez, “el aire que respiramos ha sido modificado por presencia de otros gases contaminantes que son nocivos para la salud. Ciudades como Bogotá, Barranquilla y Medellín presentan alteraciones muy considerables en términos de calidad de aire, este cambio viene sucediendo aceleradamente desde hace 15 años. Estas variaciones tan precipitadas nos imponen un nuevo reto, mayor número de casos de enfermedades respiratorias en las principales ciudades de Colombia”.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS), plantea que los altos niveles de contaminación tienen consigo un alto riesgo de infecciones respiratorias, enfermedades cardiacas, derrames cerebrales y cáncer de pulmón. Colombia, no es la excepción, la principal preocupación son los altos niveles de material particulado, partículas muy pequeñas que no son visibles como PM 1 y PM 2.5, que presentan un riesgo muy alto de generar enfermedades obstructivas, daños en la parte baja y media del sistema respiratorio, y lo más alarmante alteraciones químicas que pueden llevar a la mortalidad en caso de no contar con un diagnóstico oportuno.
“El aire cada día tiene más sustancias tóxicas y de gran diversidad; una bocanada de aire contaminado nos incrementa el riesgo de efectos tóxicos y físicos obstructivos, los dos de consecuencias negativas para el normal funcionamiento del organismo. No estamos “diseñados” o adaptados a respirar sustancias químicas en esas formas y cantidades, por tal razón nuestro “equilibrio” como sistema se romperá tarde o temprano”, menciona Camilo González.
Afectaciones a la calidad del agua
La situación de la calidad del agua en todo el territorio nacional no es la mejor ya que en todos los municipios y veredas no se cuenta con sistemas de tratamiento de agua potable, que es lo único que garantiza la calidad de agua de consumo. “Este es el reto actual, aunque siempre lo ha sido, para el sector ambiental a nivel estratégico y es un macro reto que debe abordarse a nivel nacional y con celeridad, cada día el agua de consumo es de menor calidad y su disponibilidad también está comprometida”, comenta González.
Hasta hace unas décadas las Naciones Unidas lograron el acuerdo que los recursos son limitados, escasos y frágiles. La ONU ha planteado un modelo de salud muy integral con la parte ambiental, se llama “One Health” y es la forma de interpretar esta relación. El modelo argumenta que la salud humana depende de la salud animal y de la calidad ambiental, estas se articulan en una sola.
“La salud es algo continuo que va mucho más allá de lo humano, depende de la salud de las plantas, los animales, y así mismo, depende de la relación entre los ecosistemas y el adecuado funcionamiento del medio ambiente: nuestra salud es el reflejo de la relación con el medio ambiente y por eso es tan importante que cada uno de los ciudadanos implementemos o promovamos acciones para cuidar de este”, concluye González.
Comunicado de Prensa