Los bosques, que cubren un tercio de la superficie terrestre de la Tierra, son fundamentales para el almacenamiento de carbono y el ciclo del agua, aunque aún no se comprende plenamente el alcance total de su impacto.
por la Universidad de Estocolmo
En un nuevo estudio publicado en Nature Communications , investigadores de la Universidad de Estocolmo y colegas internacionales brindan nuevos conocimientos sobre el complejo papel que desempeñan los bosques en el sistema climático y el ciclo del agua.
La investigación, en la que participan científicos de 11 instituciones de cinco países, incluidos Suecia, el Reino Unido, Finlandia, Alemania y Brasil, destaca la intrincada relación entre los bosques, en particular su emisión de gases orgánicos, y la formación de nubes reflectantes que podrían influir en las temperaturas globales.
Comparando bosques boreales y tropicales
El aspecto único de este estudio es que se centra en los bosques boreales y tropicales , que constituyen el 27% y el 45% de la superficie boscosa de la Tierra, respectivamente. Estos ecosistemas difieren en sus emisiones y procesos de formación de nubes, lo que genera impactos variables en el circuito de retroalimentación bosque-nube-clima.
«Este estudio, que utiliza datos a largo plazo de diversos entornos forestales en Finlandia y Brasil, marca la primera vez que se presenta evidencia observacional de estas interacciones en los bosques tropicales», dice la autora principal Sara Blichner, científica postdoctoral en el Departamento de Ciencias Ambientales de Universidad de Estocolmo.
Subrrepresentación de los bosques en los modelos climáticos
El estudio enfatiza la necesidad de mejorar los modelos climáticos para representar con precisión estas complejas interacciones. «Nuestros hallazgos sugieren que los modelos actuales pueden subestimar el impacto de los bosques en la formación de nubes y el clima, especialmente en las regiones tropicales, que son cruciales debido a la gran cantidad de radiación solar que reciben estas áreas en estas latitudes», explica Blichner.
Sin embargo, Blichner destaca que, si bien el estudio destaca áreas de mejora en la modelización climática, no socava la fiabilidad general de estos modelos. «Los modelos climáticos son muy fiables a la hora de representar los principales procesos del cambio climático. Nuestra investigación pretende perfeccionar estos modelos, reduciendo las incertidumbres en las proyecciones climáticas futuras», afirma.
Partículas naturales y calentamiento global.
La investigación también señala que a medida que las emisiones de partículas creadas por el hombre disminuyen debido a las políticas de calidad del aire, las partículas naturales de los bosques se vuelven cada vez más importantes. Estas retroalimentaciones son más potentes en entornos con aire más limpio y podrían desempeñar un papel importante en la moderación del calentamiento global.
Este estudio colaborativo subraya la necesidad de continuar la investigación y la mejora en la modelización climática para predecir mejor los escenarios climáticos futuros. Además, los hallazgos resaltan que este tipo de efectos deben considerarse al evaluar la conservación de los bosques como una estrategia clave en la mitigación del cambio climático.
Sobre las emisiones forestales y la regulación climática
Los bosques liberan cantidades sustanciales de gases orgánicos, particularmente perceptibles como el olor distintivo de un bosque de pinos en un día cálido. Estos gases, una vez liberados a la atmósfera, contribuyen a la formación de partículas.
Las nubes están compuestas de minúsculas gotas de agua y cada una de estas gotas se nuclear alrededor de una partícula en el aire. Un aumento de partículas atmosféricas da como resultado nubes con más gotas, lo que mejora su reflectividad de la luz solar y conduce a temperaturas superficiales más frías.
A medida que el cambio climático eleva las temperaturas, se prevé que los bosques emitan más de estos gases, creando así más partículas y potencialmente más nubes reflectantes.
Más información: La evaluación del proceso de retroalimentación climática-nube-aerosoles forestales muestra evidencia clara a partir de observaciones y una gran incertidumbre en los modelos, Nature Communications (2024). DOI: 10.1038/s41467-024-45001-y