En el marco del Día Internacional contra la Desertificación y la Sequía, expertos internacionales vuelven a instar a que se adopten medidas que frenen esta situación que ya afecta a más de 2300 millones de personas en todo el mundo
El cambio climático ya es una realidad. Los fenómenos ambientales extremos ocurren con mayor asiduidad y por periodos de tiempo más extensos. En la actualidad, y con motivo del Día Internacional contra la Desertificación y la Sequía, la Convención de las Naciones Unidas para Combatir la Desertificación (UNCCD) instó a impulsar acciones tempranas para “evitar consecuencias desastrosas para la humanidad y los ecosistemas planetarios”.
En un informe emitido a mediados de abril, el ente dependiente de la ONU señaló que, desde el 2000, el número y la duración de las sequías ha aumentado un 29%, número que se traduce en más de 2300 millones de personas con problemas a causa de la escasez de agua. En tanto, en la Argentina, según datos suministrados por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, las tierras secas ocupan el 70 % del territorio nacional, situación que afecta la calidad de vida de casi el 30% de las poblaciones del país.
Las sequías tiene consecuencias en la personas, la economía y el medioambiente (Getty Images)
“La sequía es uno de los desastres naturales más destructivos en términos de pérdida de vidas, debido a impactos como la pérdida de cosechas a gran escala, los incendios forestales y el estrés hídrico”, explicó la UNCCD. Asimismo, en el informe denominado Global Land Outlook 2 (GLO2), que se dio a conocer a finales de abril, el ente perteneciente a la ONU advirtió que “hasta el 40% de toda la tierra libre de hielo ya está degradada, con graves consecuencias para el clima, la biodiversidad y los medios de vida”.
En ese sentido, el Secretario Ejecutivo del ente, Ibrahim Thiaw, señaló: “Todos los datos y las cifras apuntan en la misma dirección: una trayectoria ascendente en la duración de las sequías y la gravedad de los impactos, que no solo afectan a las sociedades humanas sino también a los sistemas ecológicos de los que depende la supervivencia de toda la vida, incluida la de nuestra propia especie”.
“Necesitamos orientarnos hacia las soluciones en lugar de continuar con acciones destructivas, creyendo que un cambio marginal puede curar la falla sistémica”, afirmó Thiaw, y destacó: “Todos debemos estar a la altura de nuestra responsabilidad de garantizar la salud de las generaciones presentes y futuras, de todo corazón y sin demora”.
Ibrahim Thiaw: “Todos los datos y las cifras apuntan en la misma dirección: una trayectoria ascendente en la duración de las sequías y la gravedad de los impactos» (Getty)
Números en rojo: datos que alertan
Distintos referentes mundiales hay señalado la necesidad de frenar el cambio climático y, con ello, las consecuencias que tiene sobre el planeta, como lo son las sequías y la desertificación. Según señaló la UNCCD en su página oficial:
- El número y la duración de las sequías, desde el 2000, se elevaron un 29%.
- Entre 1970 y 2019: los eventos meteorológicos, climáticos e hídricos representaron el 50% de los desastres meteorológicos, siendo que el 45% de las muertes relacionadas con estos eventos se registraron, principalmente, en países en desarrollo.
- Las sequías representan el 15 % de los desastres naturales, aunque son los eventos que más vidas se cobraron (aproximadamente 650 000 muertes entre 1970 y 2019).
- Las economías mundiales perdieron aproximadamente USD 124 000 millones, entre 1998 y 2017.
- En 2022: más de 2300 millones de personas enfrentan estrés hídrico y casi 160 millones de niños están expuestos a sequías severas y prolongadas.
- Para 2030: unas 700 millones de personas podrían tener migrar luego de ser desplazadas por las sequía.
Entre 1998 y 2017, las economías mundiales perdieron aproximadamente USD 124 000 millones (Getty)
- Para 2040: se calcula que 1 de cada 4 niños residirá en zonas con escasez extrema de agua (UNICEF).
- Para 2050: más de las tres cuartas partes de la población mundial podrían verse afectadas por las sequías, número que representa entre 4800 y 5700 millones de personas, las cuales residirán en regiones con escasez de agua durante, al menos, un mes cada año (actualmente son 3600 millones actuales).
- Para 2050: hasta 216 millones de personas podrían verse obligadas a migrar como consecuencia de las sequías y su combinación con otros factores, tales como: la escasez de agua, la disminución de la productividad de los cultivos, el aumento del nivel del mar y la sobrepoblación.
Según explicaron desde el ente perteneciente a la ONU: “El fenómeno de la desertificación es uno de los principales retos medioambientales de nuestro tiempo, ya que trata de una degradación continua de los ecosistemas de las zonas secas debido a las actividades humanas —como la sobreexplotación de la tierra, la minería, el sobrepastoreo y la tala indiscriminada— y a los cambios climáticos. Además, el viento y el agua agravan la situación arrastrando la capa superficial de suelo fértil y dejando atrás tierras improductivas. La persistencia de esta combinación de factores acaba por convertir las tierras degradadas en desiertos”.
Para 2050, más de las tres cuartas partes de la población mundial podrían verse afectadas por las sequías REUTERS/Baz Ratner/Archivo
Sequía, desertificación y un documento que busca generar conciencia
Este 17 de junio, con motivo del día internacional, España se pone el traje de anfitrión durante las actividades del Día de la Desertificación y la Sequía de la ONU, el cual cuenta con el lema “Resurgir juntos de la sequía”. En este mismo evento, desde el Convención de las Naciones Unidas para Combatir la Desertificación (UNCCD) adelantaron que presentarán un informe con datos históricos, actuales y proyecciones. Aquí algunos de ellos:
Datos históricos: sequía en el mundo (1900-2022)
- Más de 10 millones de personas murieron debido a grandes sequías en el siglo pasado y los números están aumentando.
- La sequía severa afecta a África más que a cualquier otro continente, con más de 300 eventos en los últimos 100 años, lo que representa el 44% del total mundial.
- En el siglo pasado se produjeron 45 sequías importantes en Europa, con más de USD 27 800 millones en pérdidas económicas. Actualmente, un 15 % de la superficie terrestre y el 17% de la población de la Unión Europea se ven afectados por la sequía.
Actualmente, un 15 % de la superficie terrestre y el 17% de la población de la Unión Europea se ven afectados por la sequía.
Más de 12 millones de hectáreas de tierra se perdieron cada año debido a la sequía y la desertificación. REUTERS/Pablo Sanhueza
- Entre 2000 y 2019, más de 1400 millones de personas se vieron afectadas por la sequía, siendo que las mujeres y las niñas de los países emergentes y en desarrollo padecen (y aún lo hacen) las mayores cargas y sufrimientos en términos de niveles de educación, nutrición, salud, saneamiento y seguridad.
- La carga de la recolección de agua, especialmente en las tierras secas, recae de manera desproporcionada sobre las mujeres (72 %) y las niñas (9 %), quienes, en algunos casos, gastan hasta el 40 % de su aporte calórico en transportar agua.
- El porcentaje de plantas afectadas por la sequía se ha más que duplicado en los últimos 40 años, con unos 12 millones de hectáreas de tierra perdidas cada año debido a la sequía y la desertificación.
- El 14% de los humedales críticos para las especies migratorias, según la lista de Ramsar, se encuentran en regiones propensas a la sequía.
- La fotosíntesis en los ecosistemas europeos se redujo en un 30% durante la sequía del verano de 2003, lo que resultó en una liberación neta de carbono estimada de 0,5 gigatoneladas.
La sequía severa afecta a África más que a cualquier otro continente EFE/ Aaron Ufumeli
- El 84% de los ecosistemas terrestres están amenazados por incendios forestales cambiantes e intensificados
- Si la deforestación amazónica continúa sin cesar, el 16% de los bosques restantes de la región probablemente se quemarán para 2050.
- Hay 50% de la humanidad afectada por la degradación de la tierra.
- Hay un 40% de la superficie terrestre mundial ocupada por la agricultura.
- Más de un 70% del bosque tropical fue talado para la agricultura entre 2013 y 2019 en violación de las leyes o regulaciones nacionales.
Un futuro sombrío
- El cambio climático aumentará el riesgo de sequías en muchas regiones vulnerables del mundo, en especial en la zonas con un rápido crecimiento demográfico, poblaciones vulnerables y desafíos con la seguridad alimentaria.
- En las próximas décadas, 129 países experimentarán un aumento en la exposición a la sequía debido principalmente al cambio climático, 23 principalmente debido al crecimiento de la población y 38 principalmente debido a la interacción entre el cambio climático y el crecimiento de la población.
- Si el calentamiento global alcanza los 3 grados centígrados para 2100, las pérdidas por sequía podrían ser 5 veces mayores que las actuales, con el mayor aumento en las regiones mediterránea y atlántica de Europa.
- En la Unión Europea y el Reino Unido las pérdidas anuales se estiman, actualmente, en alrededor de 9 000 millones EUR y se prevé que aumenten a más de 65 000 millones EUR sin una acción climática significativa
“Los efectos catastróficos de las sequías de varios años presenciadas en todas las regiones del mundo en la última década exigen acción ahora. A menos que trabajemos juntos para prepararnos, responder y desarrollar resiliencia a la sequía, los impactos en nuestros alimentos, agua y energía en un momento en que la población mundial está creciendo crearían trastornos sociales y ambientales inimaginables”, aseguró Thiaw.
os impactos en nuestros alimentos, agua y energía en un momento en que la población mundial está creciendo crearían trastornos sociales y ambientales inimaginables”, aseguró Thiaw.
129 países experimentarán un aumento de las sequías, en las próximas décadas
Cuál es la situación en la Argentina
La desertificación en Argentina también es un hecho. En la actualidad, las “tierras secas ocupan el 70 % del territorio nacional y se ven afectadas por el manejo ganadero, forestal o agrícola no sostenible; la deforestación y el uso inadecuado de los recursos hídricos”, señaló el Ministerio de Ambiente; siendo que las consecuencias ambientales de esta situación son la “pérdida de biodiversidad y servicios ecosistémicos pueden ser la erosión hídrica y eólica, la disminución de la cobertura vegetal y de la productividad de la vegetación natural y la alteración del ciclo hidrológico”.
“La migración, el abandono de tierras, la pobreza y la marginalización, además de un desequilibrio territorial y ambiental. Todo esto afecta la calidad de vida de las poblaciones, que en el país es cercana al 30 %”, advirtió la cartera medioambiental y agregó: “La erosión hídrica y eólica es uno de los procesos principales de degradación de la tierra”. “Aproximadamente un 12 % de la superficie del país presenta tasas altas de erosión, concentrándose en zonas áridas/semiáridas con fuertes pendientes y baja cobertura vegetal tales como Patagonia, Cuyo y NOA”, indicaron.
Las principales causas de la desertificación, según el Ministerio de Ambiente, son: el sobrepastoreo, la deforestación, las prácticas de agricultura no sostenible, los incendios repetitivos, la introducción de fauna y flora exótica, el uso petrolero, el aumento de la producción ovina para exportación de lana, el uso inadecuado del suelo y del agua, los eventos naturales extremos, como por ejemplo las erupciones volcánicas; y la insuficiencia de tecnología.
Crédito: Observatorio Nacional de Degradación de Tierras y Desertificación (ONDTyD)
Cambios urgentes para evitar modificaciones irreversibles
“Necesitamos orientarnos hacia las soluciones en lugar de continuar con acciones destructivas, creyendo que un cambio marginal puede curar la falla sistémica”, afirmó Thiaw cuando instó a los países integrantes de este espacio a revertir la situación. “Una de las mejores y más completas soluciones es la restauración de la tierra, que aborda muchos de los factores subyacentes de los ciclos degradados del agua y la pérdida de fertilidad del suelo. Debemos construir y reconstruir mejor nuestros paisajes, imitando la naturaleza siempre que sea posible y creando sistemas ecológicos funcionales”, dijo el titular de la UNCCD
En ese sentido, el experto destacó que, “más allá de la restauración, hay una necesidad de un cambio de paradigma de enfoques ‘reactivos’ y ‘basados en crisis’ a enfoques de gestión de sequías ‘proactivos’ y ‘basados en riesgos’ que involucren coordinación, comunicación y cooperación, impulsados por suficientes recursos financieros y políticos. voluntad”.
Es por este motivo que enumeraron una serie de acciones para mitigar, frenar e incluso revertir este proceso de desertificación:
- Técnicas de gestión agrícola sostenibles y eficientes que producen más alimentos en menos tierra y con menos agua.
- Cambios en la relación de la humanidad con los alimentos, forrajes y fibra, pasando a dietas basadas en plantas y reduciendo o eliminando el consumo de animales
- Desarrollo e implementación de planes de acción integrados contra la sequía.
La Argentina las tierras secas ocupan el 70 % del territorio nacional EFE/Cézaro De Luca
- Establecer sistemas efectivos de alerta temprana que funcionen más allá de las fronteras.
- Despliegue de nuevas tecnologías como monitoreo satelital e inteligencia artificial para guiar decisiones con mayor precisión.
- Supervisión e informes periódicos para garantizar la mejora continua y una financiación sostenible para mejorar la resiliencia a la sequía a nivel local
- Reforestación y regeneración de especies arbóreas.
- Mejorar la gestión del agua, mediante el ahorro, la reutilización de las aguas depuradas, el almacenamiento del agua de lluvia, la desalinización o, en su caso, el riego con agua de mar de las plantas halófilas.
- Mantener el suelo mediante el uso de vallas para frenar el avance de las dunas, barreras arbóreas para proteger frente a la erosión eólica, etc.
- Enriquecer y fertilizar el suelo a través de la regeneración de la cubierta vegetal.
- Posibilitar el desarrollo de los brotes de especies arbóreas nativas mediante la poda selectiva. Los residuos de la poda se pueden emplear para abonar los campos, y así aumentar la capacidad de retención de agua del suelo y reducir la evapotranspiración.
“Los efectos catastróficos de las sequías de varios años presenciadas en todas las regiones del mundo en la última década exigen una acción ahora”, aseguró Thiaw
“Tierra de la Sequía”
La UNCCD lanza la iniciativa de concientización pública “Tierra de la Sequía”, la cual será presentada durante el Día de la Desertificación y la Sequía de las Naciones Unidas, este 17 de junio, en Madrid, España.
Según señalaron sus organizadores, esta fecha tiene cuatro objetivos claves: equipar a las personas de todo el mundo con herramientas para evaluar su exposición actual o futura potencial al riesgo de sequía; compartir soluciones internacionales probadas e innovadoras para la sequía, crear oportunidades públicas para participar en la acción, y celebrar el progreso e inspirar la acción.